La legitimación de capitales, conocida como lavado de dinero, es un proceso en el que se oculta la fuente ilegal, destino o uso de bienes o fondos producto de actividades delictivas.
De acuerdo con un informe del Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD), mediante diversas técnicas estos fondos son integrados a la economía formal de un país, con el objetivo de darles una “apariencia legítima”.
Este fenómeno está compuesto por tres etapas claves: colocación, diversificación o estratificación, e integración, que tienen consecuencias devastadoras tanto a nivel económico como social.
ETAPAS DEL LAVADO
El proceso inicial suele implicar la dispersión de los fondos a través de instituciones financieras, casinos, negocios, casas de cambio y otros comercios, tanto a nivel local como internacional.
Esta etapa es crucial porque facilita la transformación de los activos ilícitos en elementos que parezcan legítimos a primera vista.
En la segunda fase las organizaciones criminales pretenden transformar el dinero o los activos ilegales mediante capas complejas de transacciones financieras.
Dicha etapa tiene como objetivo dificultar el rastreo del origen y la propiedad de los fondos.
A través de transferencias, ventas y compras internacionales, los delincuentes intentan crear una maraña de movimientos financieros que confunda a las autoridades.
Finalmente, en la etapa de integración el dinero legitimado se introduce en la economía formal mediante la adquisición de productos financieros, bienes muebles e inmuebles.
Esta fase busca consolidar la percepción de legitimidad, permitiendo que los fondos ilegales se utilicen como cualquier otro recurso económico legítimo.
PRINCIPALES NEGOCIOS
DIARIO EXTRA conversó con Mario Arias, experto en crimen organizado y anticorrupción, sobre cuáles son los negocios que utilizan los delincuentes para lavar estos dineros.
“El crimen organizado opera en un entorno financiero complejo y globalizado, aprovechando lagunas legales y sofisticadas técnicas de lavado de dinero para ocultar sus ganancias ilícitas.
Estas organizaciones están constantemente buscando nuevas formas de infiltrarse en el sistema financiero, ya sea a través de lavado de dinero, corrupción de funcionarios o inversiones fraudulentas”, explicó.
Entre los negocios más usados que menciona el experto están las apuestas en línea y apuestas deportivas, las cuales manejan grandes volúmenes de efectivo, lo que permite al crimen organizado introducir fondos ilícitos en el sistema financiero.
“Por ejemplo, los operadores pueden manipular resultados o utilizar cuentas de jugadores ficticios para mover dinero a través de múltiples jurisdicciones”, indicó.
Otro es el uso de cajitas de seguridad en bancos y otras instituciones financieras utilizadas para almacenar dinero en efectivo y otros activos de origen ilícito. Estos depósitos son difíciles de rastrear y controlar, permitiendo a los criminales mantener grandes sumas fuera del sistema financiero convencional.
También están las redes de testaferros, utilizadas para ocultar la verdadera propiedad de activos y cuentas bancarias.
“Estos intermediarios reciben transferencias internacionales, disfrazando la identidad del beneficiario final. Este método es común en esquemas de evasión fiscal y lavado de dinero, dificultando la identificación de los responsables”, comentó.
Por otro lado está el uso de cuentas bancarias de menores de edad. Esto sucede a menudo con miembros de la familia de los delincuentes y son usados como testaferros para facilitar transacciones sospechosas sin activar alarmas.
También están los líderes de organizaciones religiosas y sin fines de lucro, quienes pueden recibir donaciones ilícitas y desviar fondos para fines delictivos bajo el manto de la caridad y el altruismo, complicando la detección y el enjuiciamiento.
Además está el negocio de prestacuentas y prestanombres, personas que prestan su identidad para abrir cuentas bancarias y registrar propiedades a su nombre.
Otro de los métodos más utilizados es el ingreso de efectivo mediante cajero multifuncional para compra de bienes. Frecuentemente se utiliza para financiar la compra de inmuebles y vehículos de lujo.
Las inversiones fraudulentas también son muy usadas. Estas incluyen esquemas Ponzi, que son fraudes de inversión en bienes raíces y otros engaños que prometen altas tasas de retorno.
Los fondos obtenidos a través de estos fraudes son blanqueados mediante la reinversión en activos legítimos y la creación de complejas estructuras empresariales.
“Compra de vehículos de lujo en efectivo es una técnica común de lavado de dinero. Los criminales utilizan el efectivo obtenido de actividades ilícitas para adquirir automóviles de alto valor, que pueden ser fácilmente vendidos o transferidos, dificultando el rastreo del dinero”, añadió.
Asimismo, está el comercio de contenedores, en el cual se utilizan documentos falsificados y empresas fachada para mover mercancías de un país a otro, ocultando la verdadera naturaleza de las transacciones y evadiendo impuestos y aranceles.
La cría y venta de ganado también es un método muy usado para lavar dinero. Los criminales inflan el valor del ganado o crean registros falsos de ventas y compras, moviendo dinero ilícito a través de transacciones agrícolas aparentemente legítimas.
POCOS CONTROLES
El Periódico del Pueblo también conversó con Jorge Ulloa, criminólogo e investigador privado.
De acuerdo con el experto, Costa Rica desde hace varias décadas sufre este flagelo, lo que desde su perspectiva no ha sido controlado e incluso cree que el crimen organizado mejora las técnicas, gracias a los laxos controles que se aplican.
“Al existir pocos controles en las entidades bancarias, financieras y pobre fiscalización ha permitido que sea un elemento a favor de los delincuentes para blanquear dinero”, explicó.
Asimismo, aseguró que muchas veces las organizaciones que roban vehículos comparten negocios y que les vendían los carros a los narcotraficantes.
“Venden vehículos a costos muy favorables e incluso hacen un intercambio de drogas y carros entre esas organizaciones, tanto en Costa Rica como en el resto de Centroamérica”, acotó.
Otro dato que resalta es que los pequeños negocios se han involucrado, como los supermercados, las barberías y las ventas de celulares, así como algunas actividades de construcción.
“Ahora que la tecnología ha avanzado tendría que haber en los entes financieros estatales y privados una base de datos de identificación de las operaciones que hacen todas las personas y que a esa base tenga acceso la policía, creando un historial de cada persona. Recomiendo mejorar la fiscalización y los controles cruzados y tributación”, sugirió.
Una de las principales consecuencias del lavado de dinero es la distorsión económica porque los fondos ilegales se desvían de inversiones sólidas hacia inversiones de baja calidad para ocultar las ganancias.