Los expertos en materia de seguridad están preocupados ante los recientes decomisos de armas de grueso calibre, como AK-47, mini UZI y fusiles M16, entre otras, las cuales son de uso militar y se consiguen en el mercado negro.
Estas armas, según indicaron, pudieron ser utilizadas incluso en guerras americanas. En su mayoría serían traídas de países como Colombia, Nicaragua y Estados Unidos.
Los especialistas también coincidieron en que este armamento es adquirido por el crimen organizado y no es cualquier delincuente el que tiene acceso a él.
Álvaro Ramos, especialista en seguridad, aseguró que lo más preocupante de estos decomisos es el entrenamiento que están recibiendo las personas que adquieren estas armas, ya que no cualquiera puede manejarlas.
“Esto implica que alguien con experiencia los está entrenando, eso nos debe preocupar porque ya ha habido avisos por parte del fiscal general y por parte de otras autoridades en la región que la zona se está militarizando”, declaró.
Ramos se refirió a la inteligencia que se debe utilizar para determinar el transporte de estas armas porque es muy difícil que los oficiales que andan en las calles sepan del tráfico de estas armas.
Pero lo más preocupante para el exministro es que este armamento a la larga no solo podría servir para dañar a los ciudadanos, sino también a la democracia.
“Estaríamos en un gran peligro de que continúen llegando armas militarizadas de este tipo porque eventualmente van a utilizarse en temas criminales, en temas de luchas entre pandillas con enorme costo humano y número de heridos, y eventualmente podrían utilizarse para imponer candidatos o amedrentar grupos en las próximas elecciones municipales”, manifestó.
Para la criminóloga Laureen Gordon, el crimen organizado ve con gusto este tipo de armas porque con una sola ejecución pueden llegar incluso a detonar hasta 30 disparos, esto quiere decir que el poder letal es alto.
Agregó que muchas de estas armas se emplearon en los conflictos centroamericanos y quedaron en manos de civiles, quienes las cambian hasta para comida, y al final terminan en poder del crimen organizado.
También comentó que el problema radica en la falta de control de armas en el resto de la región, lo que facilita que este armamento llegue a suelo nacional.
“Cuando tomamos en consideración Estados Unidos, donde tienen una débil regulación jurídica con respecto a la portación de armas, donde en los supermercados hay un fusil y a la par una caja de leche, entonces el que exista esa posibilidad de que la población tenga una gran cantidad de armas hace que terminen en manos del crimen organizado”, explicó.
Por su parte, Walter Navarro, ex viceministro de Seguridad y exdirector de la Fuerza Pública, mostró preocupación por el tipo de armas que se incautan porque tienen un altísimo poder destructivo y un largo alcance, incluso el alcance efectivo es de 700 metros.
“Estas son armas o municiones para actuar a gran escala porque nadie va a agarrar una granada y se la va a tirar a una persona. Las granadas son para hacerle frente a un enfrentamiento de otra magnitud, donde puede haber un enfrentamiento ya sea con un grupo de otros delincuentes o un grupo de autoridades”, expresó.
Mientras que Mario Zamora, ministro de Seguridad Pública, en conferencia de prensa indicó que estos decomisos se llevan a cabo gracias al trabajo de la Fuerza Pública en coordinación con otros cuerpos policiales.