Londres, (EFE) – Público de todas las edades, razas y estatus sociales aguardó durante horas tras las vallas metálicas custodiadas por miles de policías para ver pasar el féretro con los restos de la única mujer que llegó a gobernar el Reino Unido, Margaret Thatcher, conocida como la “Dama de hierro” (1979-1990) y recordar así su legado.
Thatcher partió al más allá el lunes 8 de abril a los 87 años de un ataque cerebral, después de varios años apartada de la esfera pública por sufrir demencia senil.
Aplausos y algunos silbidos acompañaron a la caravana, muchos divididos entre la admiración a su figura \”inspiradora\” y carteles que la instaban a \”descansar en la vergüenza\”. Asimismo, otros criticaron que para dicha ceremonia se gastaron 12 millones de euros, lo cual lo catalogaron como \”despilfarro de dinero\”.
La misa del funeral se realizó en la catedral de San Pablo, ubicada al suroeste de Londres con la presencia de la reina Isabel II y más de 2.000 invitados. Entre ellos presidentes como por ejemplo Cristina Fernández de Argentina.
En el servicio religioso, el obispo de Londres, Richard Chartres, pidió dejar de lado la controversia que rodea la vida política de la exmandataria para concentrarse en la persona, \”sujeta al destino común del ser humano\”.
El sepelio de la \”Dama de Hierro\” fue una ocasión solemne en la que el Big Ben de Londres enmudeció durante varias horas, una medida histórica que no se tomaba desde la muerte de otro exprimer ministro británico, Winston Churchill, en 1965.
Posteriormente el ataúd fue llevado en coche fúnebre al Hospital Real de Chelsea; para seguidamente ser trasladado después al crematorio.
En este lugar, de igual forma, aguardaron varias decenas de personas que aplaudieron su entrada en el edificio. Sin embargo, la familia compartió el momento en privado.
La llegada al crematorio dio por finalizados los actos que se oficiaron desde tempranas horas de ayer.