El regreso a clases trae consigo la obligación de los padres de familia de adquirir una póliza estudiantil para sus hijos.
Este tipo de seguros los protege ante los accidentes que puedan sufrir mientras se encuentran en actividades del centro educativo. Por lo general tienen una vigencia de un año.
Como requisito, la mayoría solicita que el asegurado sea estudiante activo de alguna escuela o colegio reconocido por el Ministerio de Educación Pública (MEP), una universidad inscrita ante el Consejo Nacional de Educación Superior (Conesup) u otro centro educativo que cuente con un permiso vigente del Ministerio de Salud.
Varias opciones
Actualmente el Instituto Nacional de Seguros (INS) y Seguros de Vida del Magisterio son las principales oferentes de este servicio.
En el caso del primero tiene disponibles los Seguros Para Pollitos, cuyos pagos anuales van de ¢6.950 a ¢20.430. La cobertura va de los ¢500.000 a los ¢2,5 millones.
El plan básico contempla los gastos por muerte y accidente, así como incapacidades totales y parciales. Si desea pagar uno más amplio podrá acceder a adicionales como orientación psicológica y nutricional vía telefónica.
Los Seguros del Magisterio para estudiantes tienen una prima anual que va de ¢5.844 a ¢24.780 y una cobertura de entre ¢500.000 y ¢5 millones.
Todas cubren gastos médicos por accidentes, funerarios, indemnizaciones por pérdida de miembros o incapacidades permanentes.
El Magisterio también ofrece una serie de servicios adicionales por un monto extra en la prima que incluyen cobertura por emergencias, subsidio para pago de gastos académicos por muerte o incapacidad total.