No es solo tomar bastante agua, cuidar los riñones de forma correcta requieren otros hábitos importantes, según expertos.
Se trata de los órganos vitales para filtrar toxinas y mantener el equilibrio del organismo.
Sin embargo, las enfermedades renales afectan a millones de personas en el mundo y muchas veces pasan desapercibidas.
Por eso, y en el marco del Día Mundial del Riñón que se lleva a cabo cada 13 de marzo, especialistas de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) brindan 8 consejos fundamentales cuidar sus riñones.
- Niveles de glucosa bajo control: la diabetes es una de las principales amenazas para los riñones, por lo que controlar el azúcar en sangre es clave.
- Control de la presión arterial: la hipertensión es una de las principales causas de insuficiencia renal.
- Correcta hidratación: ingerir entre dos y tres litros de agua al día. El café, el té y los refrescos naturales pueden consumirse como adicionales.
- Alimentación balanceada: reducir el consumo de sal, azúcares y alimentos procesados.
- Evitar el abuso de medicamentos: no automedicarse y siempre consultar con un profesional en medicina.
- Actividad física: realizar ejercicio moderado de tres a cinco veces por semana, al menos 30 minutos por sesión.
- Evitar el fumado y el vapeo.
- Revisiones médicas periódicas: exámenes de función renal, medición de la presión arterial y nivel de azúcar en sangre.
Sofía Angulo, especialista en nefrología del Hospital Rafael Ángel Calderón Guardia, enfatizó que los chequeos médicos son indispensables, ya que la detección temprana es clave, incluso para quienes se consideran personas sanas.
¿Qué funciones cumplen los riñones?
- Filtrar la sangre: eliminan los desechos y el exceso de agua del organismo.
- Producir orina: convierten los desechos y el agua en orina, que luego es eliminada del cuerpo.
- Regular la presión arterial: producen renina, una hormona que ayuda a regular la presión arterial.
- Producir glóbulos rojos: generan eritropoyetina, una hormona que estimula la producción de glóbulos rojos en la médula ósea.
- Fortalecer los huesos: transforman la vitamina D en calcitriol, su forma activa, necesaria para mantener el calcio en los huesos.
- Mantener el equilibrio de sustancias químicas: regulan los niveles de sodio, potasio y calcio en la sangre.