Consulta
Soy padre de un niño de 1 año y deseo que me dé algunos consejos para esta etapa en la cual soy primerizo, no quiero que mi hijo se convierta en un niño sin disciplina, maleducado, que cause caos y desorden en el hogar, como otros casos que he visto.
Respuesta
Qué mal suena hoy en día la palabra disciplina, casi se ha sacado del vocabulario. Estamos en una de las épocas donde muchos hijos son totalmente indisciplinados. Ya sea porque han sido educados de una manera negativa y están totalmente consentidos, algunos padres tienen miedo a que los hijos con la disciplina se traumen psicológicamente o los denuncien a la policía. Ante esta situación los padres prefieren dejarles hacer lo que quieran, pues llevarles la contraria, ponerles reglas y hacérselas cumplir, conlleva mucho trabajo y dedicación.
Los padres sanos deben:
Cumplir con su obligación de poner orden, responsabilidades y educación en la familia. Si el padre censura con firmeza y energía a su hijo y le hace llorar, no debe martirizarse ni acusarse de tirano. Es preferible que sea firme y justo a que se quede corto en la aplicación de la disciplina.
Disciplinar con paciencia, afecto y cariño para conseguir los efectos deseados de obediencia, persuasión, orden y rigor para que los hijos vayan logrando las cosas poco a poco.
Educar para que sea formada su alma, espíritu y corazón, ellos son como una plastilina y debemos formarlos para sean seres de bien.
Ser firmes en sus decisiones y mantener la palabra dada. Ser consistente con las acciones y actitudes, tanto en los castigos como en los premios. También el buen comportamiento y el esfuerzo del hijo lo debe premiar siempre con un gesto de afecto y alabanza. Nunca debe acostarse un padre sin haber hecho “las paces” con su hijo.
Evitar convertir el hogar en un campamento militar, debe existir paciencia, tolerancia y cariño en la disciplina.
Pedir consejo a los expertos sobre las distintas formas o sistemas de disciplinar.
Ser un ejemplo vivo de autodisciplina, practicando los valores y virtudes que pretende desarrollar en sus hijos.
Tener límites, unas normas claras, precisas y razonadas de funcionamiento con sus correspondientes castigos disciplinarios, proporcionales por su incumplimiento.
Amor es el ingrediente básico, es porque los amamos que los disciplinamos, si ellos se sienten amados serán más obedientes y más moldeables.