Soy un hombre soltero de 28 años. Yo a veces me pongo a pensar cómo hay gente que teniendo una mujer guapa y atractiva se separa. Eso se ve a diario, en compañeros, vecinos, pero hasta en famosos, por ejemplo, cómo el cantante Marc Anthony se va a separar de un “mujerón” como Jennifer López, si tiene un cuerpazo, una cara preciosa y es supersexi. Yo con una mujer así sería feliz y no me separaría nunca.
– En nuestra sociedad todavía persiste la idea de tomar los parámetros físicos como criterio a la hora de seleccionar a una mujer como pareja. La situación sería entendible si la escogencia fuera para un romance de verano, o para pasar un fin de semana en la playa, en los cuales la variable sexual juega un papel preponderante.
Por el contrario, en relaciones de pareja como tales, que son a largo plazo y en las cuales se comparte un proyecto de vida, las variables físicas, aunque siguen siendo importantes, pierden el estrellato. Se vuelve más relevante la forma en que congenian y resuelven los problemas cotidianos, por eso aun cuando en una pareja ambos sean muy atractivos, si las discusiones afloran con facilidad, los enfrentamientos escalan a agresiones verbales, psicológicas o físicas, el vínculo se vuelve inestable, caótico y fácilmente puede darse la separación.
Por esa razón a diario vemos cómo los divorcios que ocurren en parejas que son consideradas socialmente como “muy bonitas”, casi siempre porque él es acaudalado y ella muy bella, causan asombro y desconcierto, porque todavía muchos creen que el éxito marital reside en esos aspectos tan banales. El atractivo físico provoca atracción y facilita conseguir una pareja, pero no es un factor que determine el éxito marital.