La intención del presidente estadounidense Donald Trump de eliminar la “Chips Act”, conocida en el entorno nacional como “Ley de Chips”, que beneficiaba a Costa Rica como productor de microchips para las empresas de tecnología, no tendría un efecto negativo en el mercado costarricense.
Así lo señaló a Diario Extra la viceministra de Comercio Exterior (Comex) Indiana Trejos, quien afirmó que el país tiene una amplia trayectoria, ventaja y reputación en este mercado.
“Tenemos ya un sector muy robusto en el país y nuestra propuesta de valor hacia el mundo sigue siendo la misma con o sin ‘Chips Act’, porque geopolíticamente estamos muy bien ubicados y seguimos siendo un socio confiable para los Estados Unidos, especialmente en divisiones como semiconductores o dispositivos médicos, donde nos ven como un asociado de confianza, seguro, resiliente y que podemos seguir apoyando su industria”, mencionó Trejos.
La relación con la superpotencia del norte se habría intensificado luego de la visita del secretario de Estado Marco Rubio a territorio costarricense. De acuerdo con la versión de la viceministra, el funcionario americano reconoció que su país ve el territorio nacional como referente en el sector tecnológico.
“Nosotros no llegamos a firmar un convenio con EE. UU. bajo el ‘Chips Act’ sino que nos nombraron el primer socio estratégico en el marco de esa ley y veníamos trabajando en unos programas, más que todo académicos, que también se enmarcan en una hoja de ruta país que lanzamos en marzo del año pasado y esa dirección continúa”, enfatizó.
Por su parte, la Promotora Costarricense de Comercio (Procomer) señaló que se mantendrían atentos ante los movimientos que realizarán los norteamericanos en relación con este mercado.
Laura López, gerente general de Procomer, explicó que, con la falta del dinero proveniente de la ley, que se invertía en educación, ahora su cartera se encargará de llenar estos espacios y continuará el impulso para la división tecnológica.
¿Por qué se eliminaría?
La “Chips Act” fue una legislación firmada por el expresidente Joe Biden en el marco de la guerra comercial que mantienen los norteamericanos con China. En ese momento, buscaba que Estados Unidos no dependa de semiconductores o chips provenientes del gigante asiático, por lo que se fomentaba que las empresas los fabricaran en otros países.
Eso benefició a Costa Rica, que tiene como objetivo convertirse en un hub al estilo de Silicon Valley, es decir, un centro de operaciones donde se establezcan empresas relevantes en el mercado tecnológico global para producir así la mayoría de dichos implementos que se utilizarían en los productos norteamericanos. No obstante, para el presidente Trump, “se desperdician miles de millones de dólares sin obtener nada a cambio”, por lo que le solicitó al Congreso derogar esa medida que le dio al Estado cerca de $200 millones.