Es inaceptable que, adentrados en un cuarto del siglo veintiuno, los grupos delictivos estén mejor organizados que los propios Estados. No es de recibo que una organización criminal pueda coordinar un trasiego de droga desde Sudamérica hacia Norteamérica o Europa colaborando con diversas estructuras criminales en varios países para así lograr su cometido, y que los Estados no puedan ser eficientes y eficaces en compartir información vital para la inteligencia policial, y la remisión de pruebas para el enjuiciamiento de delitos de carácter transnacional.
Los países deben crear y fortalecer plataformas digitales de cooperación que faciliten el intercambio de información en tiempo real sobre crímenes que sobrepasan las fronteras, especialmente en áreas como el narcotráfico, el crimen organizado y el lavado de dinero.
Estas plataformas deben permitir la colaboración en investigaciones, el intercambio de buenas prácticas y el acceso a recursos tecnológicos avanzados. Así, por ejemplo, nuestro país ha aportado el software denominado RRAG GAFILAT, que es el sistema de transferencia de información confidencial que permite la entrega segura de información para la Red de Recuperación de Activos del Grupo de Acción Financiera para Latinoamérica, integrado por dieciocho países, incluyendo Costa Rica.
Por otro lado, el análisis de grandes volúmenes de datos puede ser crucial para identificar patrones de criminalidad, prever delitos y optimizar la asignación de recursos en áreas con mayor incidencia criminal.
Por ello, las naciones deben fomentar el uso de tecnologías como la inteligencia artificial para el análisis predictivo de delitos y la identificación de redes criminales. Las fuerzas del orden deben echar a andar la inteligencia policial y apoyarse de las nuevas tecnologías. Herramientas como el Sistema de Consulta y Registro (Sicore), el cual consiste en un software integrado para el análisis estructural de redes criminales y sociales, administración de casos y recolecciones, permite contar con información criminal unificada y facilita el intercambio de alertas, patrones y consultas entre entidades competentes del orden público.
En el Instituto Costarricense sobre Drogas, conscientes de la necesidad de contar con herramientas tecnológicas novedosas que permitan incidir en la lucha contra el crimen organizado, ha desarrollado los dos sistemas antes mencionados.
Estos softwares fueron puestos al servicio de las autoridades y han permitido orientar de manera positiva la labor que realizan.
El trabajo conjunto y la innovación tecnológica son pilares elementales que nos guían hacia un futuro más seguro para todos.