Bajar de peso o mejorar la alimentación sigue siendo uno de los propósitos que las personas se plantean cada inicio de año, pero este proceso las personas cometen errores que pueden afectar su salud.
En el mercado, las personas encuentran múltiples opciones que pueden ayudar a mejorar su alimentación y en las redes sociales abundan las dietas, recomendaciones de conocidos, anuncios de personajes famosos, batidos, raíces, etc., opciones que muchas veces conllevan un riesgo para la salud.
A continuación, cinco errores recurrentes y que el profesional en nutrición recomienda identificar y evitar:
Hacer ‘dieta’ y vivir con hambre: Para perder grasa no hay que comer menos, sino comer diferente. Es muy frecuente que cuando se quiere disminuir el peso se reduzca el volumen de comida sin ningún criterio. Un profesional en nutrición no recomienda las \’dietas\’, realiza planes de alimentación diseñados especialmente para cada persona. Los organismos y las condiciones que determinan la realidad del individuo son distintas y por tal motivo no existen \’dietas\’ que funcionen para todos.
Desconocer que no solo es importante la cantidad, sino que también la calidad: En este proceso ambas variables son fundamentales, en un plan de alimentación el nutricionista define la ingesta calórica necesaria para provocar, de manera saludable, el déficit calórico que conduce a lograr el objetivo.
Ir de prisa: Muchas personas quieren perder peso en un tiempo menor al que han tardado en aumentarlo. Esto las lleva a buscar métodos poco saludables en lugar de adaptarse a un régimen alimenticio que los lleve a mejorar los hábitos y aprender a comer de manera saludable. Si se pierde peso rápido, se corre el riesgo de no solamente perder grasa, sino que también masa muscular, que no es recomendable en ningún caso.
Creer que realizar ejercicio no es necesario: Lo ideal para mejorar la composición corporal es combinar un plan de alimentación con el ejercicio. Si bien es cierto, para lograr los objetivos, la actividad física contribuye en gran medida fomentando la salud integral. Por eso, se recomienda mínimo 150 minutos semanales. Nutrición sin movimiento no es nutrición.
No descansar lo suficiente ni mejorar los niveles de estrés: Dormir bien y reducir el estrés es clave para la pérdida de peso. El insomnio es uno de los mayores enemigos de una alimentación saludable.
La realización de “dietas” restrictivas sin la asesoría de un experto en Nutrición puede ocasionar severos daños en la salud como desequilibrios metabólicos, problemas hormonales, aumento el riesgo de padecer infecciones, problemas renales, cerebrales, del sistema digestivo, entre otros.
Generalmente, estos métodos dan resultados rápidos pero pasajeros. No son prácticas que puedan mantenerse por periodos prolongados porque causan efectos negativos en la salud y, además, una vez que se dejan de practicar, es común que se produzca lo que es conocido como “efecto rebote”, que consiste básicamente en la acumulación de energía como un mecanismo de defensa del organismo ante otro eventual periodo de carencia.
Es más importante adoptar hábitos saludables en lugar de poner todo el foco en un resultado final. Enfocarse en el resultado es vivir esperando al día que lo consigas, mientras que cuando se busca crear hábitos se disfruta cada paso dado y que los propósitos duran más en el tiempo.
Hacer una dieta para perder “x” kilos es un propósito con resultado final. El día que se pierdan esos kilos se volverá a los hábitos de siempre, mientras que; aprender a comer de forma saludable incorporar un hábito que es para toda la vida.