Los cierres viales deben tomar en cuenta la posible afectación que generan sobre la economía. Hoy son los empresarios del Caribe quienes piden ser escuchados por el Gobierno.
Está claro que la intención del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) es avanzar con la agenda de proyectos que por mucho tiempo estuvieron descuidados.
Sin embargo, hoy se escucha un grito de auxilio, aprovechando la coyuntura, para impedir que otro sector enfrente lo que muchos otros están afrontando.
El problema es que estas situaciones viales tienen lugar en puntos focales del país y es poco probable que puedan tomarse rutas alternas para llegar a los mismos destinos.
¿Existen otras opciones o alternativas? Eso es lo que deben analizar en el MOPT porque si algo nos quedó claro es que los estudios de impacto vial son necesarios.
Las consecuencias recaen principalmente sobre el comercio y el turismo porque son rutas que conectan directamente con los puntos de descanso o de salida.
Hasta ahora no ha trascendido un dato de pérdidas, pero es evidente que la gente prefiere evitar desplazarse a ciertos lugares donde sabe que quedará atrapada dos horas o más en embotellamientos.
Adicionalmente, las empresas se ven obligadas a hacer cambios en su logística para llevar sus productos a la población y no dejar a nadie desabastecido.
Esto puede suponer la necesidad de establecer nuevas rutas de tránsito, un mayor gasto en combustible y en pago de horas extra a los trabajadores, sin contar un sinfín de detalles logísticos.
Además, si vemos la medida paliativa de poner un tope a la circulación de camiones de determinado peso, encontramos que las empresas deben hacer un sacrificio para colaborar con la solución y no generar mayores complicaciones.
Creemos firmemente que el sector productivo debe trabajar de la mano con el Gobierno, pero esto supone también tener una mejor comunicación con las instituciones.
No se trata de consultar las decisiones, pero sí de establecer canales que permitan adelantar algunas medidas para que el sector empresarial no resulte afectado.
Estamos seguros de que el error de planificación no fue intencional, pero son situaciones que no deberían repetirse por los efectos que pueden generar en el mediano y largo plazos.
Lo importante a fin de cuentas es aprender de la experiencia y corregir lo que se ha hecho mal. El comercio y el turismo hay que cuidarlos, no solo por tratarse de actividades que aportan fuertemente a la economía, sino porque son fuentes incuestionables en la generación de empleo. La provincia de Limón ha sido golpeada en su imagen debido a la seguidilla de hechos de violencia derivada del crimen organizado. Sería sano reflexionar de qué manera pueden aplicarse los cierres sin que terminen afectando a los habitantes del Caribe.