¿Es en serio? Se lo comentamos a usted hoy, precisamente en el Día de los Santos Inocentes, fecha en la cual la gente suele decir afirmaciones sin sustento para tomarle el pelo a otras personas. El Gobierno dijo, nos parece que el pasado lunes 26 de diciembre que, al término del año 2026 habrá creado 48 mil nuevos empleos.
Tomemos nota. Esos 48 mil empleos se crearían en los próximos cuatro años: 2023, 2024, 2025 y 2026 (aunque este Gobierno debe entregar su mandato el 8 de mayo de 2026). Cada uno de esos años tiene, como sabemos, 365 días, lo cual equivale a 1.460 días. Entonces, la actual administración gubernativa deberá crear 32,87 empleos por día. Redondeemos a la baja: 32 empleos diarios.
El conteo hacia la meta de los 48 mil empleos, en consecuencia, ha de empezar este domingo 1 de enero. Para el día martes 2 de enero, deberán estar ya creados 64 empleos y así, sucesivamente. Al 31 de enero, entonces, tendremos 992 empleos nuevos. Y, cuando termine el 2023, deberán haberse establecido 12 mil, que es la cuota correspondiente al año por iniciar, 25% de esa meta, considerando la promesa presidencial indicada.
Permítannos, señores y señoras, poner en duda esta promesa presidencial de 48 mil nuevos empleos en los próximos cuatro años; meta que, aunque parezca modesta, es posible que no se alcance al considerar que el modelo económico-fiscal actualmente vigente, ya no solamente con fuerte carga ideológica, sino que contaminado con el neoliberalismo como patología social (como lo ha descrito el ensayista español Jesús Mota, en el diario El País, 8 de julio de 2019); destruye empleos, por esencia.
Pensemos, por ejemplo, en la propuesta neoliberal de que Costa Rica se inserte en la Alianza del Pacífico, adversada por todas las más connotadas organizaciones del sector agropecuario nacional, las cuales han advertido de cientos de empleos en sus respectivas actividades productivas.
Entonces, ¿esos 48 mil empleos será para “reponer” parte de los que destruirá este tratado? ¿En qué quedamos?
Mientras no haya cambios estratégicos en la política económico-fiscal que se nos ha impuesto, atacar de raíz el grave problema social del desempleo no es posible. Por ejemplo, el grave retroceso en inversión pública que, a nivel ideológico, tiene tal política económico-fiscal, no posibilita crear condiciones serias para generar empleo y que sea de calidad, además.
La revitalización del mercado interno, con una amplia política de estímulo productivo a la micro-pequeña y mediana actividad empresarial y comercial, abre espacio para crear empleos seguros; y, si consideramos ampliar la capacidad de compra de la gente con otro tipo de política salarial, se puede tener fuerte control del desempleo para transformar su enfoque “cuenta-gotas” a uno completamente ligado al desarrollo integral de la economía y de las personas.
Finalmente, atengámonos nada más a la promesa presidencial de los 48 mil empleos, pues está concebida dentro de los parámetros ideológicos del neoliberalismo patológico: ¿cómo se llevará un monitoreo puntual y objetivo, que nos permita constatar que, efectivamente, se están creando esos nuevos empleos. Por ejemplo, ¿cómo nos van a demostrar que, al 31 de enero de 2023, sí están empleadas 992 personas que, al 31 de diciembre de 2022, no tenían trabajo? No somos pocos los que dudamos de las cifras económico-fiscales y hasta estadísticas que pregonan los gobiernos de turno.
*Secretario General de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP)