El Patronato Nacional de la Infancia (PANI) históricamente ha sido blanco de críticas por supuestas negligencias en la atención de las denuncias por las condiciones en que viven niños, niñas y adolescentes.
A un año de su llegada a la institución, Gladys Jiménez, presidenta ejecutiva del PANI y ministra de la Condición de la Niñez y Adolescencia, comenzó a liderar nuevos proyectos que permitieron ampliar los canales para interponer denuncias y tratar de rellenar ese vacío existente.
El 2020 fue un año difícil debido a la pandemia por Covid-19 y las dificultades presupuestarias que enfrenta el país. La jerarca conversó con Iary Gómez, gerente general de Grupo Extra y Sandra Cordero, subdirectora de DIARIO EXTRA. Aquí un extracto de la entrevista.
¿Cómo ha sido el comportamiento en cuanto a la atención de denuncias?
-Nosotros en el Patronato Nacional de la Infancia en el año 2019, atendimos 75.000 denuncias, mientras que estamos cerrando con 87.359 denuncias en 2020. En esas denuncias atendimos a 102.242 personas menores de edad, es un número muy alto para un año en el que tenemos 56 oficinas locales en todo el país, pero las Unidades de Respuesta nos permiten fortalecer el servicio y ese trabajo.
¿Los adolescentes pueden llegar solos al PANI o siempre se parte a través de la denuncia de algún vecino?
-Con ocasión de la pandemia nosotros activamos otras formas de comunicación. Nos ha servido muchísimo la línea WhatsApp 89891147, la cual ha permitido que nosotros recibamos consultas y denuncias. Sobre todo, hemos recibido muchas de adolescentes que comentan sobre su salud mental, que se sentían deprimidos, que se tenían ansiosos y hemos hecho la coordinación con otras instituciones para poder brindar atención. Esta línea de WhatsApp ha atendido 3.960 casos que no existían.
¿Cuánto influyó el confinamiento con el incremento en la cantidad de denuncias?
-Apenas empezó la pandemia, como institución rectora, nosotros iniciamos un seguimiento del Consejo Nacional de Niñez y vimos que ejecutamos 404 acciones todas las entidades para atender a los niños, niñas y adolescentes. Se hizo un mapeo y actividades en las 27 instituciones que están dentro. Al principio no notamos diferencia, pero si en 2019 atendimos 75.000 denuncias y ahora con 87.000 hay un incremento. Notamos cambios en las situaciones que estaban llegando al Hospital de Niños, por ejemplo, se incrementaron las quemaduras, las intoxicaciones y los abusos sexuales en niños y niñas.
¿Cuáles han sido las áreas de mejora que se corrigieron en el último año?
-Teníamos varias metas de trabajo, pero una de ellas era saldar una deuda que teníamos con los niños, niñas y adolescentes sobre la atención de las situaciones de emergencia en horarios no hábiles y había una gran necesidad del Patronato de contar con ese servicio. Empezamos a organizar las Unidades de Respuesta de Atención Inmediata (URAI) que son unidades que brindan este servicio 24/7, en mayo constituimos las dos primeras, en junio, dos más, en agosto, dos más y en octubre cerramos con dos más, abrimos 8 que están en todo el país.
¿Quiénes se encargan de la atención de estas unidades?
-Tenemos 80 profesionales más otros 35 que atienden situaciones de emergencia a cualquier hora del día. El año pasado los nombramos en plazas nuevas, son psicólogos, trabajadores sociales, criminólogos y trabajadores sociales que han recibido capacitación y que acompañan la respuesta.
¿Cuán efectivas han sido las unidades de Respuesta?
-En ocho meses que han funcionado estas unidades de respuesta, hemos atendido 3.865 denuncias prioridad 1. ¿Qué significa? Que estas son de emergencia donde hay que salir corriendo y esas 3.865 denuncias equivalen a 6.080 niños y niñas cuyas emergencias se atendieron.
¿Cuáles situaciones se atienden ahí?
-Situaciones de violencia doméstica donde están de forma directa o indirecta niños y niñas que se ven involucrados en situaciones de familia, atendemos casos de abuso sexual que se presentan, accidentes producto de negligencia en el hogar, donde se dejan a los niños y niñas en la casa, solos, muy pequeñitos, al cuidado de otros niños o de nadie más y coordinamos con Fuerza Pública y el Poder Judicial las situaciones de emergencia.
Alajuela históricamente es una de las zonas más problemáticas, ¿qué tipo de intervención se hizo ahí?
-Para Alajuela, que era una de las que tenía más denuncias, iniciamos con varias acciones de entrada, abrimos dos oficinas locales donde estaba más saturado el tema, abrimos en Poás-Vara Blanca y abrimos en San Rafael, y en las otras tres oficinas distribuimos casos de atención, lo que nos ha permitido fortalecer la oficina y que cerrara el 2020 sin denuncias pendientes. Lograr eso con una Dirección Regional que tenía cantidades de rezago en prioridades 1, 2 y 3 y que cierre el año sin pendientes muestra un logro fundamental.
¿Qué otras acciones permiten agilizar la atención inmediata para las madres y los niños?
-Con el Fondo Nacional de Niñez y Adolescencia teníamos la intención de utilizar estos recursos de manera eficiente. Apostamos por un grupo de población que se estaba viendo afectada por la pandemia, que son las mujeres en estado de embarazo y las adolescentes embarazadas. Tenemos 98 juntas de protección en todo el país, integradas por miembros de la comunidad, por la Caja Costarricense de Seguro Social, por el Ministerio de Salud, la Municipalidad, en donde se detectaron casos de riesgo y fue ahí donde salió el proyecto Mis Primeras Huellas.
¿En qué consiste?
-Capacitó durante dos meses, a través de la virtualidad, a mamás de cómo hacer una crianza positiva durante ocho sesiones y ellas tenían que hacer devolución. Se les enseñaba el tema y ellas mandaban fotos o escritos sobre qué aprendieron sobre eso.
¿Se podía inscribir cualquier persona?
-No. Fueron 1.900 mujeres que detectamos en las juntas como casos de mayores riesgos. Cada junta detectó a 25 mujeres y esto significa que fueron 1.900. La segunda parte del proceso fue entrega de cunas, artículos de higiene y ropa para bebé. Entonces viene la fase siguiente, y es un programa al que yo le apuesto muchísimo porque va a venir a trabajar fuertemente toda la atención integral sobre las mujeres y los niños, que es el programa NiDO.
¿Cómo se detectaron a las beneficiadas?
-Estas 1.900 mujeres que fueron identificadas van a recibir acompañamiento y sus bebés durante 36 meses, donde la Caja Costarricense de Seguro Social y el Ministerio de Salud revisarán la nutrición, el esquema de vacunas de estos niños, la condición de salud de las mujeres y los niños. El IMAS va a dar una beca para que la mamá pueda estudiar o trabajar. Estamos trabajando en el tema del empoderamiento de la mujer para que pueda seguir trabajando o estudiando.
¿Quién cuida al niño mientras tanto?
-La Red de Cuido. Entra Cen-Cinai, nosotros subsidiamos 95 centros de intervención temprana que han atendido, con ocasión de la pandemia, a casi 6.000 niños y niñas que no han dejado de ir a recibir alimentación o les hemos dado diario. Ellas entran al programa NiDO y van a tener acompañamiento para el cuido de sus hijos.
¿Qué pasa después de esos 36 meses?
-Después de los 36 meses se supone que con el apoyo que se ha venido dando la mujer ya encontró trabajo y por supuesto no dejarán de estar de estar en la Red de Cuido, se mantiene, solamente que el acompañamiento es directo, entonces van a estar la trabajadora social, el Instituto Nacional de las Mujeres, el Patronato Nacional de la Infancia, a través de sus oficinas locales, dándoles seguimiento a esa mamá y a ese niño.
¿Qué tipo de colaboración sostiene el PANI con el INAMU?
-Acabamos de revisar un proyecto y es que los femicidios van afectando directa e indirectamente a los niños. El 15% de los femicidios son afectadas directamente las adolescentes o las niñas y además muere una mamá y quedan tres o cuatro niños. Hicimos un modelo que recién firmamos que permite dar seguimiento desde el PANI para que desde los hogares solidarios se encarguen de ese niño o niña mediante un subsidio. El modelo pretende que a los niños afectados por un femicidio se les entregue una beca.
¿De cuánto es el presupuesto del PANI?
-El presupuesto del PANI del 2020 es el más alto en la década. Siempre ha estado en un 70% de ejecución presupuestaria, pero el año pasado cerramos con casi un 90%. Tuvimos una disminución en el presupuesto en relación con otros años anteriores, pero logramos aumentar ese presupuesto a ¢86.000 millones con uso de superávit. En marzo presupuestamos superávit y gastamos los primeros ¢7.000 millones entonces aumentamos el presupuesto, durante el año usamos ¢14.000 millones de superávit.
¿Qué tipo de trabas enfrentaron en el proceso presupuestario?
-A finales de año, Hacienda ya no tenía plata y nos mandaron a decir que nosotros viéramos cómo teníamos que pagar lo que había que pagar, entonces no nos hicieron el traslado de muchos recursos, entonces, a través de un proyecto de Ley que salió en setiembre del año pasado, nosotros fuimos la única institución que lo usó y lo estrenamos, que era que por única vez se podía usar superávit en gasto corriente. La dificultad que tiene el superávit es que se puede usar solo para ciertas cosas, para construir edificios, pero para servicios o pagos ordinarios no. Este decreto permitió que pudiéramos usar por una única ocasión, entonces usamos ¢7.000 millones. Ese desfase del 10% que falta yo lo acredito a que Hacienda no traslada todos los recursos, entonces quedaron cosas sin pagar.
¿Qué pasó con el traslado del impuesto sobre la renta para el PANI?
-La Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas eliminó el artículo 34 de la Ley Orgánica del PANI, que le daba el 7% del impuesto sobre la renta. Esta ley lo que hizo fue buscar recursos de diferentes partes para bajar un poco el Producto Interno Bruto que teníamos, dentro de las distintas acciones que se hicieron antes de que yo llegara fue precisamente quitar el impuesto sobre la renta de algunas instituciones que recibían subsidio, entre ellas, el PANI. Este año lo que ha habido que hacer es pedir plata, pero habrá que ver si el Ministerio de Hacienda la traslada o no.
¿Cuánto del presupuesto se va en salarios?
-Mucho era para salarios y recuerden que estábamos nombrando bastantes plazas, pero las plazas no se nombran todas en enero, entonces se va quedando plata en los primeros meses donde no hay nombramiento y yo no la puedo trasladar para usarla en nada, la plata de salario se usa para eso. Esperaría que el presupuesto de este año sea más ajustado, pero recibimos con gran satisfacción el haber tenido una ejecución presupuestaria. El gasto en salarios puede rondar entre el 17% y el 20% del total.
EXTRADIRECTO
• Unidades de Respuesta Inmediata: 24/7
• Direcciones Regionales: Soporte técnico
• Violencia doméstica: Flagelo hacia niños y niñas
• Abuso sexual: Violencia de las más gravosas
• Negligencia: Situación de abuso
• Denuncia: Oportunidad de mejora
• Consejo Nacional de la Niñez: Sistema Nacional de Protección
• Juntas de Protección: Apoyo comunal
• NiDO: Esperanza para mujeres y niños
• Hogares solidarios: Subsidio económico
• Medición de gasto público: Herramienta necesaria