Espera un 4,1%
La economía costarricense continúa mostrando números positivos, según el Informe de Política Monetaria (IPM) del Banco Central de Costa Rica (BCCR).
La entidad mejoró las proyecciones de crecimiento de la economía nacional, que pasó de 4,0% a 4,1%, pero al tiempo de que estas se cumplieran la deuda del Gobierno se mantendría a un 61,1% con respecto al producto interno bruto (PIB), es decir, exactamente igual que en 2023.
El saldo de deuda pública del Gobierno creció a un menor ritmo que la actividad económica, por lo cual la relación deuda-PIB a agosto (60,0%) disminuyó en comparación con el mismo mes del año pasado (60,2%).
En el tercer trimestre de 2024 el déficit de cuenta corriente estatal ascendió a 0,3%, inferior al registrado un año antes (0,5%). El informe también señala que el país recibió financiamiento externo equivalente a 0,6% del PIB. Asimismo, se proyecta un déficit financiero (cuando el Estado gasta más de lo que le ingresa) de un 3,7%, a la vez que el superávit primario (la diferencia entre los ingresos y gastos del Gobierno sin incluir el de intereses de la deuda pública) alcanzaría 1,3% del PIB.
De acuerdo con estimaciones del Ministerio de Hacienda, a pesar de que los resultados serían menos favorables que los incorporados en el estudio de julio, se mantienen congruentes con los objetivos fiscales establecidos en el proceso de consolidación a mediano plazo.
POSIBLES EXPLICACIONES
Para expertos en materia económica, pese a la mejora en la previsión de crecimiento, esta no se traduce en mayores ingresos para el Estado que le permitan salir de la crisis fiscal.
Al menos así lo destacan los economistas Fernando Rodríguez y Daniela Córdoba, quienes analizaron con DIARIO EXTRA los número presentados este jueves.
El análisis de Córdoba indica que las medidas fiscales adoptadas en años recientes podrían haber llegado a un “agotamiento”, lo que considera algo normal dentro los procesos.
“Lo que toca ahora es ver el reto de cómo empezar con otras acciones que puedan ser más difíciles de negociar o más difíciles de alcanzar o implementar para poder seguir con un aumento de los ingresos y una disminución del gasto”, manifestó la experta.
De igual forma, mencionó el caso de las empresas instaladas en zonas francas, las que asegura “son un motor superimportante en la economía”, pero que están exentas del pago de impuestos y, por lo tanto, su crecimiento no se traduce en beneficios directos para la hacienda pública.
Rodríguez opina de manera similar y dice que la mayor parte del aumento de la actividad económica del país se concentra en el régimen especial de tributación, lo que concentra las mejoras en la Gran Área Metropolitana (GAM) y una pequeña población.
“Con esa concentración del dinamismo en muy pocas actividades, empresas de zonas francas, no se mueve la aguja en materia de impuesto, por lo que no mejora la recaudación y al no mejorar la recaudación de forma sostenida, tampoco hay una reducción sustancial de endeudamiento”, explicó Rodríguez.