Hoy recuerdo cuando en la escuela o en el colegio estudiábamos la Campaña militar de 1856-1857, nos resultaba contradictorio saber que uno de los máximos héroes de la lucha contra los filibusteros, Juan Rafael Mora Porras, muriera fusilado acá en nuestra querida Puntarenas.
En efecto, don Juanito Mora es uno de los personajes más discutidos de la historia costarricense, que para algunos investigadores e historiadores representa una figura preclara e inmaculada, un prócer y paladín de la libertad y el padre de la Patria. Cabe recordar que don Juanito Mora está declarado como Héroe Nacional y Libertador de la Patria, que muchos pensamos que es el más importante presidente de toda la historia republicana costarricense.
En el marco de la conmemoración del aniversario de la muerte del prócer y expresidente de la República, la historia lo recuerda por su heroico combate contra los filibusteros partidarios de la esclavitud, logrando la victoria para Costa Rica y Centroamérica.
Durante sus gobiernos, el proceso de centralización política se consolidó de forma irreversible, el café se impuso como monocultivo de exportación y el proceso de invención de la nación alcanzó su propósito.
Pero Mora es reconocido en Costa Rica y en Centroamérica como el líder que condujo la guerra de los Estados del Istmo contra los filibusteros estadounidenses encabezados por William Walker, no obstante, este hombre público ocupa un lugar peculiar en la historia y en la memoria costarricense lamentablemente fusilado un 30 de setiembre de 1860, tras una fallida expedición armada para recuperar el poder.
Es el único gobernante de Costa Rica que tuvo una suerte tan dramática, don Juan Rafael Mora es el personaje patrio que como héroe, desde el propio momento de los acontecimientos, permanece en el colectivo nacional, sin embargo, además de emular su legado, hoy más que nunca se hace necesario e imperativo poner nuevamente en práctica los valores nacionales por los que don Juanito Mora ofrendó con su vida, heredándonos una patria mucho mejor y por lo cual hoy tenemos la obligación moral de legarle a nuestros hijos una patria con mas inclusión y mejores oportunidades, derrocando a los nuevos filibusteros que están representados por el hambre, la miseria, el desempleo y, de esa forma, rendir un homenaje justo a don Juanito Mora que se ganó un sitio de honor en la memoria patria y eternamente será acreedor de la gratitud de todo un pueblo.