Una uña normal, tanto de las manos como de los pies, suele ser de color rosado pálido, con una forma de media luna más clara en la parte inferior.
Las uñas, como la piel o el cabello, hablan mucho sobre la salud en general y están formadas básicamente por queratina y otras proteínas.
Las uñas sanas son lisas, uniformes en color y consistencia y libres de manchas y decoloraciones. Pero, ¿qué ocurre cuando aparecen defectos en las uñas?
Las manchas blancas, o leuconiquia, es en la mayoría de los casos, una alteración inofensiva. Cuando las manchas son pequeñas, suelen ser el resultado de una lesión en la uña por un golpe excesivo o por alguna reacción alérgica a productos para uñas.
Pueden producirse lesiones en las uñas sin que se haya producido dolor durante la realización de tareas cotidianas. La mayoría de las manchas blancas tienden a curarse por sí solas y suelen desaparecer una vez que la uña ha crecido completamente, al cabo de aproximadamente seis a ocho meses.
Sin embargo, en algunos casos, cuando la mancha blanca es grande, podría indicar síntomas subyacentes graves como insuficiencia renal o cirrosis.
De ahí la importancia de observar la frecuencia y el número de manchas para valorar la situación.
Contrario a la creencia popular, la leuconoquia no está causada por la deficiencia de calcio, pero sí se sabe que la deficiencia de zinc o las deficiencias de albúmina podrían causar las manchas.
Es importante, hacer una revisión y en dado caso de notar varias manchas consultar un médico.