Un experto en temas de terrorismo y Medio Oriente advirtió los riesgos que puede sufrir Costa Rica por el eventual ingreso de una nueva droga: el captagón.
Dicho estupefaciente es conocido como la cocaína de los pobres o la cocaína de los yihadistas.
La advertencia fue realizada por el investigador Gabriel Ben-Tasgal, el cual visitó el país y señaló que dicho psicotrópico se está produciendo en gran escala, es fácil de trasladar y ya se ha encontrado su presencia en Latinoamérica.
“Ustedes aquí en Costa Rica podrían verse afectados por lo que pase en Medio Oriente. Una de las ramas del islam, el chiismo que principalmente está focalizado en Irán, ha encontrado que América Latina es un buen lugar para expandirse. Sabemos de muy buena fuente y por temas de inteligencia que hay unos 10.000 chiitas que circulan por todo el continente con pasaportes venezolanos o algunos falsificados (…).
Otra cosa conocida con estos grupos es que hay una suerte de acuerdo con grupos narcos para lavar dinero, ¿cómo?, abriendo un montón de negocios, haciendo labores de inteligencia con trabajo hormiga, haciendo circular el dinero y trasladando drogas como el captagón. ¡Con eso ganan más de $400 millones! (¢206.000 milones).
Tenemos conocimiento que en la región se está metiendo esa droga que es muy conocida en Medio Oriente, los terroristas que hicieron los atentados el 7 de octubre de 2023 en Israel estaban drogados con ese estupefaciente. Es una droga sintética fabricada en Siria y en el valle del Líbano (…). Es muy aclamada, tiene un efecto muy fuerte y, además, es muy barata (…).
Desde el Líbano se han intentado enviar toneladas por Medio Oriente y Europa. En 2020 la policía italiana incautó unas 14 toneladas de pastillas de captagón por un valor de unos ˇ1.000 millones (¢557.000 millones), ¿quién lo produce?,los radicales yihadistas”, explicó Ben-Tasgal al Periódico de Más Venta en Costa Rica.
De acuerdo con estudios, el captagón genera tres veces más comercio para el régimen de Siria que todos los cárteles mexicanos juntos. Solo en 2021 el comercio de esta droga tuvo un valor estimado de $5.700 millones (¢2.942.000 milones), en dicho país manejado por Bashar al-Ássad.
Alrededor de 127 millones de tabletas (1.773 kilogramos) de la droga fueron incautadas por los estados miembros de la Unión Europea entre 2018 y 2023.
A finales de agosto de 2022 las autoridades saudíes llevaron a cabo la mayor operación contra el narcotráfico de su historia, al descubrir 46 millones de pastillas de captagón ocultas en un cargamento de harina.
Caso similar con Jordania, el cual frustró un intento de contrabando de 16 millones de comprimidos en febrero de ese mismo año.
¿QUÉ ES?
El captagón es una droga sintética que originalmente fue usada para el tratamiento de los trastornos por déficit de atención, narcolepsia y depresión, no obstante, se declaró ilegal en 1986 por parte del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, dejándose de comercializar.
A principio de los 2000 aparecieron versiones ilegales de captagón en Europa del Este y Medio Oriente.
La píldora contiene fenetilina, una anfetamina sintética, cafeína y otros estimulantes, también se revuelve con otros fármacos y químicos como paracetamol, quinina o diversas substancias anestésicas.
Habitualmente se presenta en pastillas, en algunos sitios las trituran y aspiran. El costo aproximado es de $10 (¢5.162) por pastilla.
¿QUÉ EFECTOS TIENE?
Varios estudios señalan que el captagón genera severos problemas como: euforia, disminución del apetito y la somnolencia además incrementa la libido sexual, altera el sistema nervioso central, degenera la función cognitiva y causa efectos cardiovasculares.
A largo plazo, su consumo puede causar efectos secundarios como depresión profunda, irritabilidad y visión borrosa.
¿DROGAS Y RELIGIÓN?
Se le cuestionó a Ben-Tasgal cómo sostiene que dichos grupos ultrareligiosos podrían estar mezclados con drogas y explicó que no hay una desconexión.
“En la teología islámica drogarse está mal, pero drogar a los enemigos del islam está bien, o sea que drogar a Occidente es correcto. En América Latina existe un desarrollo de distribución de drogas enorme y si viene alguien y te ofrece otra droga diferente fácilmente se pueden hacer socios.
Esa droga es uno de los ingresos más importantes de Hezbolá: De $1.200 a $1.500 millones (¢619.000 millones a ¢774.000 millones). Desde Siria y el Líbano están llenando el Medio Oriente de drogas y hay una expansión.
Cuando hay un problema en el Medio Oriente muchos países o sus ramificaciones buscan expansiones. Si el Medio Oriente explota grupos como Hezbolá o los iraníes van a querer vengarse en lugares como América Latina.
Si sos un radical islámico y te pongo tres países: Venezuela, Panamá o Costa Rica, te aseguro que el lugar idóneo para operar, expandirte y hacer tus negocios es acá (…). Aparte ponele que Costa Rica es un país muy permeable, es fácil entrar y, además, hay miles de inmigrantes que van camino para Estados Unidos”, explicó. Según el experto, el traficante de drogas, armas y yihadistas tiene objetivos complementarios.
“Los malos siempre se unen, si no se ponen de acuerdo, tenés una guerra entre mafias y terroristas, pero si se ponen de acuerdo se complementan. ¿Es lógica esa alianza?, ¡totalmente! Si una persona te dice: ‘Está bien drogar a otro para debilitarlo’, el traficante te va a decir: ‘está bien drogar a otro para ganar dinero’. ¡Los dos tienen el mismo objetivo, pero no las mismas razones!”, sostuvo.
PROPENSA
DIARIO EXTRA consultó con Gustavo Mata, exministro de seguridad, quien señaló que Costa Rica es muy propensa.
“Solo he leído que se usa en Asia (…), no he oído nada con respecto a América, pero igual que el fentanilo es una droga fácil y con costos bajos de producción, fácil de transportar y con grandes ganancias. Será cuestión de tiempo para que los carteles en Siria y en América se pongan de acuerdo para distribuir en esta parte del mundo”, manifestó.
No obstante, Fernando Ramírez, director del Instituto Costarricense Sobre Drogas (ICD), afirma no tener conocimiento de dicha droga en el país.
“Nosotros siempre nos mantenemos vigilantes con la información que nos da la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, sobre esta droga en particular no hemos recibido ninguna alerta (…). Nosotros nos basamos en estudios de esa Junta y de la Organización de Naciones Unidas, las cuales nos actualizan y nos mandan reportes.
No tenemos conocimiento ni reportes de instituciones homologas. Ni la Administración de Control de Drogas ni la Policía Judicial ni la Policía de Control de Drogas nos han señalado algo en particular sobre ese psicotrópico, no obstante, estaremos vigilantes”, dijo al Periódico del Pueblo.