Donald Trump asumirá las riendas de los Estados Unidos (EE. UU.) por segunda ocasión este 20 de enero, teniendo como testigo al Capitolio, el icónico edificio que ha representado a la capital estadounidense desde 1801.
De acuerdo con la página web oficial del Senado, fue en marzo de 1801 cuando la sede del Gobierno de los EE. UU. se trasladó a Washington.
En ese momento el Capitolio comprendía solo un ala, que albergaba el Senado, la Cámara de Representantes, la Biblioteca del Congreso y la Corte Suprema, todo bajo un mismo techo.
Carlos Cascante Segura, analista experto en relaciones internacionales de la Universidad de Costa Rica, explica que cuando se reconstruyó la ciudad de Washington, a mediados del siglo XIX, se hizo pensando en grandes espectáculos públicos y reflejar el poder económico de los Estados Unidos.
Se diseñó entonces el National Mall, que es una enorme explanada (de unos 3 kilómetros) que arranca en el Capitolio y culmina en el monumento a Lincoln.
“En ese espacio están representados los tres poderes del Estado, entonces cuando el presidente de los Estados Unidos jura, lo hace en el Capitolio, que es la sede del Congreso, lo juramenta el presidente de la Suprema Corte y simboliza que el mandatario está sometido al pueblo y a la ley”, explicó.
El otro simbolismo es el nombre del Capitolio, que proviene de uno de los montes que rodean la ciudad de Roma, el monte Capitolino, que representaba las creencias romanas imperiales.
“Es un lugar que por esos elementos simboliza el poder del gobierno de la Unión y de la presidencia”, agregó el analista.
El 4 de marzo de 1801 el presidente electo, Thomas Jefferson, caminó con pocos asistentes hasta el Capitolio, desde su alojamiento cercano en una pensión, para convertirse en el primer presidente en ser investido en la nueva capital de la nación.
La investidura de Andrew Jackson, el 4 de marzo de 1829, fue la primera de las 35 que se celebraron en el frente este del Capitolio, donde lo hará Trump el próximo lunes por segunda ocasión.
La toma de posesión de Ronald Reagan en 1981 fue la primera que se celebró en el frente oeste del Capitolio con el objetivo de minimizar los costos de construcción y mejorar la visibilidad para un mayor número de espectadores.
La segunda toma de posesión de Ronald Reagan, el 21 de enero de 1985, se vio obligada a celebrarse en el interior de la Rotonda del Capitolio debido al frío extremo.
Las tomas de posesión de George Bush en 1989, Bill Clinton en 1993 y 1997, George W. Bush en 2001 y 2005, Barack Obama en 2009 y 2013, y Donald J. Trump en 2017 continuaron la tradición del frente oeste.
Extreman seguridad
Unos 25.000 agentes y militares de la Guardia Nacional estarán desplegados el 20 de enero para garantizar la seguridad de la toma de posesión, un evento que estará rodeado por unos 48 kilómetros de vallas.
Thomas Manager, jefe de la Policía del Capitolio, aseguró a la agencia EFE que “la mayor amenaza” para la investidura es el posible ataque por parte de algún “lobo solitario”.
“La amenaza de un lobo solitario sigue siendo la mayor justificación para que mantengamos intensificado el estado de alerta durante la próxima semana”, declaró.