La Fedefútbol anunció ayer por medio de un comunicado emitido a las 9:58 a.m. que la venta de entradas arrancaría a las 10 a.m. Sin embargo ante la incertidumbre generada por la falta de información cientos de personas hicieron fila desde la madrugada en los puestos de venta Servimás.
Como era de esperarse, la venta de entradas para el partido contra Estados Unidos terminó siendo un caos en el que inexplicablemente los 28 mil boletos disponibles se esfumaron en menos de 4 horas.
La Fedefútbol anunció ayer por medio de un comunicado emitido a las 9:58 a.m. que la venta de entradas arrancaría a las 10 a.m. Sin embargo ante la incertidumbre generada por la falta de información cientos de personas hicieron fila desde la madrugada en los puestos de venta Servimás. Eso generó filas de hasta 200 metros en las afueras de dichos establecimientos. Al llegar a la ventanilla la mayoría se topó con un sistema saturado que no permitía la compra.
Esa misma situación la vivieron miles de personas que intentaron adquirir su boleto por medio de la página web www.specialticket.net y su central telefónica. Antes de las 10 de la mañana la página funcionaba con normalidad pero el partido ante Estados Unidos no aparecía entre los eventos y por consiguiente no era posible comprar. Después de las 10 estalló el caos porque era casi imposible acceder a la web, el navegador se quedaba “pensando” varios minutos y nunca conectaba. Los que lograban ingresar a la página le daban click al link del partido pero de nuevo se quedaba pegado y era un milagro que abriera. En la central telefónica era peor porque sonaba y sonaba y nunca contestaban.
La frustración de la afición creció cuando lograron entrar y vieron que la mayoría de asientos ya habían sido comprados. Datos extraoficiales indicaron que durante los primeros 10 minutos se vendieron 7 mil entradas. A las 12 mediodía ya se había agotado el 80% del boletaje y a las 2 de la tarde se hizo el anuncio oficial de que las entradas estaban completamente agotadas. Los que no consiguieron su entrada tendrán que verlo por televisión o acudir a los revendedores que como siempre tienen en su poder cientos de entradas.