Los costarricenses que deseen tratar sus padecimientos mediante cannabis medicinal necesitarán una receta emitida por un médico para adquirir dicha sustancia en farmacias según el nuevo reglamento del Ministerio de Salud.
La norma establece que estos productos deberán cumplir con los requisitos de etiquetado, especificaciones, control y publicidad, además del registro sanitario emitido bajo los criterios legales y técnicos establecidos por la entidad sanitaria.
De acuerdo con la ministra de dicha cartera Mary Munive, los beneficios del uso de esta droga mejorarán la calidad de vida de los pacientes, ya que esta droga alivia las náuseas y los fuertes dolores, los cuales pueden ser ocasionados por otros tratamientos como la quimioterapia.
“El cannabis, en su forma medicinal, realmente ha sido un alivio increíble para muchas familias. Hemos tardado tanto tiempo y esfuerzo para poder invertir en un antes y un después, ¡realmente creemos en este producto! Busquen las cosas buenas que ha logrado en otras latitudes”, señaló Munive a Diario Extra.
Según añadió la jerarca, la normativa pasó por la consulta nacional e internacional para su posterior emisión.
“Abre las puertas”
Tras la emisión del código, este medio le consultó a la Alianza Cannabica una reacción. Subrayaron que, si bien la medida llega 1.000 días después de la promulgación de la legislación, puede abrir las puertas hacia los beneficios de la planta.
“El reglamento proporciona un uso responsable de productos a base de cannabis; promoviendo la salud y el desarrollo de la industria, al tiempo que generamos oportunidades económicas y de investigación”, mencionó Daniel Tenorio, miembro de la Alianza.
Y amplió: “Gracias a esta normativa los consumidores podrán diferenciar mejor los medicamentos y productos naturales medicinales que contienen cannabis y recordarle a población no consumidora que, para su tranquilidad, estos productos solo se venderán en farmacias”. La variedad medicinal de esa planta también puede hacer que una persona sienta ganas de comer, lo que favorece a pacientes que no consumen suficiente alimentación y pierden peso debido a otras enfermedades, como el sida y el cáncer.