Muchas veces hemos escuchado a nuestras abuelitas o mamás usar esta expresión de “candil de la calle, oscuridad de la casa” cuando nos lucimos con la gente de afuera, somos especiales, casi que nos ponemos de alfombra, pero cuando se trata de la gente allegada no nos portamos tan complacientes.
Pues algo así pareciera suceder con las autoridades ticas que siguen acariciando a los extranjeros, muchos de ellos ilegales, por sobre los nacionales, que también están pasando bastantes penurias y ocupan trabajo.
Lo primero es que hace unos días salieron con la brillante idea de usar las rentas de la Junta de Protección Social (JPS) para atender migrantes. Nos preguntamos entonces, ¿será que ya cubrieron las necesidades de todas las asociaciones de bien social que se debe atender con el dinero de la venta de lotería?
Además, ya esta población recibe bastante dinero de organizaciones como la Afgencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), que precisamente está enfocada en estas personas, entonces no pueden alegar que no tienen dinero para atenderlas.
Y ahora la nueva iniciativa es contratar a los migrantes para trabajos agrícolas según una propuesta de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) para labores de zafra y recolecta de café.
Quizá lo que más preocupa de esta idea es quién se hará cargo una vez que terminen las cosechas. Nos preguntamos entonces, ¿será que no hay ticos desempleados dispuestos a hacer estos trabajos, o será que precisamente algunos le dan visto bueno a estas iniciativas porque saben que se pueden aprovechar y no pagar lo estipulado a los extranjeros?
Debemos velar primero por las necesidades de los costarricenses con carencias, que por cierto son bastantes, si no fuera así no habría tanta persona desempleada y, peor aún, no hubiera aumentado de manera tan abismal la pobreza extrema, la cual provoca que muchas personas ni siquiera puedan hacer una comida digna al día, y quienes no pueden solventar las cosas más básicas.
Hace unos días ya lo había dicho el señor Canciller de la República, no nos podemos seguir haciendo cargo de todos los extranjeros que decidan venirse para nuestro país, primero porque Costa Rica está teniendo grandes problemas de dinero y cómo vamos a preferir atender a los de afuera que a nuestros propios habitantes.
Además, en algunas intervenciones afirmó que el problema migratorio en territorio nacional ya estaba rebasando los límites de lo razonable, y es que solo en solicitudes de refugio se tienen más de 140 mil en espera y se calcula que se están recibiendo al menos 500 por día.
Lo más preocupante de este tema de los migrantes es que, así como muchos vienen solo de paso y con buenas intenciones, también existen muchos que están en el país viendo a ver cómo se hacen de plata fácil y lo peor es que no les importa ni siquiera hacerles daño a sus propios hermanos venezolanos.
Prueba de esto es lo sucedió el fin de semana recién pasado, cuando las autoridades de Fuerza Pública detuvieron al menos 20 personas que andaban con palos y puñales haciendo fechorías. En días pasados, también unos venezolanos que iban a ser detenidos quisieron robarse el arma de uno de los oficiales.
Si bien Costa Rica se ha caracterizado a través del tiempo como un país muy solidario, no podemos echarnos encima las responsabilidades de nadie más, pero además es importante primero solventar las necesidades propias, antes de andar resolviendo las ajenas, más tomando en cuenta como están las cosas en cuanto a cuestiones económicas en la actualidad.