Además de no contar con los requisitos, la decisión de nombrar a Carolina Fernández Álvarez como directora adjunta de Política Exterior llama poderosamente la atención por ciertos parentescos.
Fernández Álvarez, quien en dos oportunidades (en la conferencia posterior al Consejo de Gobierno del jueves 19 de julio y por medio de un comunicado emitido el viernes 27 de julio), ha sido protegida para que se mantenga en su nuevo puesto por la canciller Epsy Campbell, es hermana de Verónica Fernández Álvarez.
Esta última fue asistente del expresidente Luis Guillermo Solís. En marzo de 2015 el exmandatario fue duramente criticado por acercar en helicóptero a la funcionaria hasta San Ramón, muy cerca de donde vivía.
La hermana de la nueva directora adjunta de Política Exterior fue beneficiada mientras regresaba en helicóptero junto a Solís tras una gira a Jicaral.
Para ese momento Solís justificó que no vio ningún problema en aterrizar tres minutos y luego continuar su camino, cuando en el pasado por esa práctica han llevado funcionarios ante las autoridades.
Actualmente Verónica Fernández Álvarez es asesora de Carolina Hidalgo, presidente de la Asamblea Legislativa, quien es diputada por el Partido Acción Ciudadana.
Además de este parentesco, la diplomática que ocupa de forma irregular una plaza de embajadora es cuñada de Felly Salas Hernández, jefa de despacho del presidente Carlos Alvarado.
Hace tres años Salas Hernández se casó con Paul Fernández Álvarez, hermano de Verónica y Carolina Fernández Álvarez.
DIARIO EXTRA supo de una muy buena fuente que la cercanía de Salas habría influido para que en la Casa Amarilla designaran en un puesto mejor a Fernández.
Incluso, antes de ocupar la silla de directora, la funcionaria fue nombrada el 15 de mayo como vicecanciller de la República.
No obstante, un día después de designada la diplomática renunció a su puesto, luego de reconocer que en 2010 se le abrió un proceso administrativo por abandono de trabajo.
Campbell se ha mantenido firme tras la designación de Fernández en la Dirección de Política Exterior, donde también se nombró de forma irregular a Adriana Murillo en el cargo de directora general.
De acuerdo con el Estatuto de Servicio Exterior (Ley No.3530), las direcciones solo pueden ocuparlas funcionarios con rango de embajador.
Murillo y Fernández son consejera y primera secretaria, respectivamente.