Panamá. (AFP) – Una comunidad de indígenas de Panamá recibió del gobierno este miércoles las casas donde vivirán en tierra firme para abandonar, entre la nostalgia y la esperanza, su pequeña isla en peligro de ser devorada por el mar debido al cambio climático.
“Estoy emocionada. Las casas están bonitas, son pequeñas, pero muy confortables”, dice a la AFP Vidalma Yánez, de 57 años, frente al que será su nuevo hogar.
El Gobierno panameño construyó la urbanización Nuevo Cartí, en la comarca indígena de Guna Yala, frente al Caribe, para reubicar a unos 1.200 habitantes de Gardi Sugdub, minúscula isla amenazada con desaparecer bajo las aguas por el aumento del nivel del mar.
“La crisis climática que está viviendo el mundo (…) nos ha obligado aquí en Panamá a hacer el traslado de la isla a esta urbanización de alrededor de 300 casas”, dijo el presidente Laurentino Cortizo al entregar las llaves a la primera de las familias beneficiadas.
Los moradores empezarán a mudarse del 3 al 6 de junio desde su isla, distante a unos 15 minutos en lancha. Son los primeros desplazados por el cambio climático en Panamá, según el gobierno.
Los indígenas han vivido hacinados y sin servicios básicos en Gardi Sugdub, del tamaño de cinco campos de fútbol, donde las casas tienen pisos de tierra, paredes y techos de caña, madera y láminas de zinc.
Es una de las 365 islas del archipiélago de la comarca de Guna Yala, varias de ellas bajo riesgo de inundación. Las 49 habitadas están apenas a entre 50 centímetros y 1 metro sobre el nivel del mar.
“Hay otras islas” panameñas “que también están en una situación de vulnerabilidad”, advirtió Cortizo, tras responsabilizar a los países desarrollados por el calentamiento global.
Cortizo entregó personalmente un centenar de llaves, pero concluido el acto ya todas estaban en manos de sus nuevos propietarios, según el gobierno.