Gausaule (AFP). Para muchos nicaragüenses que se marchan hacia Estados Unidos para dejar atrás las complicaciones políticas y económicas bajo el gobierno de Daniel Ortega, la odisea comienza apenas ponen un pie en la vecina Honduras.
Después de dejar a sus familias, malvender sus pertenencias o endeudarse, decenas parten cada día, asfixiados por la falta de trabajo o míseros salarios.
Yesica Centeno, una administradora de empresas de 42 años, eso uno de los pasajeros de un autobús que acaba de llegar al puesto fronterizo hondureño El Guasaule, después de tres horas de viaje desde Managua.
\”Es posible que algunos de ustedes tengan problemas con sus tarjetas de vacunación o con sus documentos. Si eso ocurre no peleen con la \’migra\’ hondureña. Me buscan a mí para ayudarles. Pero ya saben que todo se soluciona con dinero\”, les dice el auxiliar del autobús.
El vehículo, en el que viajan 36 personas, casi todos nicaragüenses que buscan migrar, cubre en dos días este trayecto de casi 800 kilómetros hasta Ciudad de Guatemala, pasando por Honduras y El Salvador.
En efecto, una vez en el control migratorio Yesica es informada de que no puede entrar a Honduras por un supuesto problema con su certificado de vacuna anticovid.
\”Cuando llegamos a la frontera con Honduras sentí que nos maltrataron\”, pues \”todo es dinero, te ponen peros, te dicen que por una letra o por un número un documento no está bien y que no puedes continuar viajando\”, relata a la AFP.
\”La única opción que te dan es \’arreglémoslo\’ [con dinero], se aprovechan\” de la desesperación de los migrantes, agrega la mujer, que viaja con sus dos hijos adolescentes para reencontrarse con su esposo, que migró hace un año a Estados Unidos.