California se encuentra en estado de emergencia debido a los devastadores incendios forestales, que ya han forzado la evacuación de más de 30 mil personas.
El incendio, que ha consumido más de mil hectáreas, se ve intensificado por las fuertes ráfagas de viento de hasta 160 kilómetros por hora, dificultando los esfuerzos de contención.
La situación llevó a las autoridades a declarar estado de emergencia y hacer un gran despliegue de los servicios de rescate y salud.
Ante la magnitud de la emergencia, las autoridades han movilizado recursos significativos, incluyendo múltiples camiones de bomberos y equipos de emergencia enviados a la zona afectada.
A su vez, el gobierno estatal ha recibido respaldo financiero del gobierno federal. La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) autorizó una subvención de Asistencia para el Manejo de Incendios que financiará el 75 % de los costos aprobados vinculados al combate del incendio.
“Nos enfrentamos a condiciones extremadamente peligrosas debido a los fuertes vientos y la sequedad del terreno”, afirmó Kristin Crowley, jefa del Departamento de Bomberos de Los Ángeles (LAFD).
La crisis también ha generado importantes afectaciones en la movilidad, con el cierre de vías clave como la Pacific Coast Highway y tramos de la Interestatal 10, esto con el fin de facilitar las evacuaciones y permitir el acceso de los equipos de rescate.
“No estamos fuera de peligro. Las próximas horas serán críticas”, dijo el gobernador de California, Gavin Newsom.