El uso de dispositivos electrónicos para el consumo de nicotina se ha convertido en toda una moda entre jóvenes y adultos, desplazando el hábito de utilizar otras drogas como el cigarrillo tradicional.
Sin embargo, lejos de tratarse de una alternativa sana, los “vaporizadores”, como se les conoce comúnmente, se convirtieron en un dolor de cabeza para la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), entidad que reporta un aumento súbito de pacientes con afecciones derivadas del consumo de estos productos, principalmente problemas respiratorios.
Además, una de las mayores dificultades reportadas por los especialistas de la Caja es que las secuelas que estos productos puedan provocar en los pacientes empezarían a verse a largo plazo, ya que se trata de dispositivos muy nuevos.
“Inquieta la afectación que esto puede ocasionar a corto y mediano plazo en las personas que están vapeando y la afectación que se puede generar también en los servicios de salud. Aunado a esto, preocupa el hecho de que, aun cuando se registran personas de diversas edades, continúan siendo los adolescentes y adultos jóvenes los que están realizando esta actividad con mayor frecuencia”, acotó la CCSS.
Ya especialistas de distintas ramas habían advertido sobre la rápida popularización de estos productos, puesto que, según los datos, hay menores de 10 años que son consumidores activos.