Durante el primer mes del año, el Sistema Integrado de Trámite de Denuncias Ambientales (Sitada) ya registra más de 110 incidentes por corta de árboles indebida en el país, es decir, en promedio, cada cinco horas se presenta una problemática relacionada con dicho delito.
Según la información recopilada por Diario Extra, Puntarenas, San José y Limón encabezan los procesos presentados ante el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac).
Henry Ramírez Molina, jefe del Departamento de Conservación y Uso Sostenible de la Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos de la entidad, explicó que esto puede ser sumamente variable, sin embargo, afirmó que las autoridades sí cuentan con “puntos calientes”, donde mayoritariamente ocurren estas amenazas al terreno boscoso.
“Corcovado es un parque nacional sujeto de mucha tala ilegal y por todos los sectores, y constantemente salen noticias tal vez no tan pomposas, pero es un punto caliente.
El parque nacional volcán Arenal también es un punto caliente, específicamente en cerro Chato, hemos visto casos que tenemos determinados, así como en el área protectora volcán Tenorio, en la zona del Miravalles”, especificó el funcionario.
Ramírez además señaló que esta clase de delitos no se da solamente en zonas del Estado, como parques nacionales o reservas forestales, sino que en la actualidad también sucede en fincas privadas donde se ingresa para el hurto de madera.
“Desde el 2012 a la fecha, por un fenómeno comercial muy particular hay una especie que ha sido mayormente depredada en el país y que es el cocobolo, por un tema de demanda de la madera en un mercado exigente, el cual incrementó y eso disparó los delitos”, agregó el funcionario. Este género, típico de la región guanacasteca, es utilizado por agrupaciones indígenas para artesanías, sin embargo, debido a que se le busca tanto, su deforestación ha incrementado con los años, así como el precio en el mercado nacional e internacional.
Monocultivos
Milena Gutiérrez, coordinadora del Programa de Sistemas de Información de los Recursos Forestales (Sirefor), declaró a este medio que las plantaciones de piña y caña forman parte de las problemáticas que enfrentan las zonas boscosas en el territorio nacional.
“Existe un estudio con sistemas de información geográfica que documentó el cambio de uso por la extensión del cultivo de piña, mientras que (…) la caña está asociado también a la pérdida de árboles por el tema de las quemas, donde algunas pequeñas islas de vegetación forestal que hay en los cultivos son arrasadas porque se queman y (…) quedan dañados, y con el tiempo caen”, añadió Gutiérrez.
Según el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), Guanacaste, Alajuela y Puntarenas son las principales productoras de caña de azúcar a nivel nacional, mientras que las regiones Huetar Norte y Huetar Caribe encabezan la lista de sitios en que se siembra piña.
Mejoras reportadas
El estudio sobre tala en Costa Rica en el periodo 2011-2023, realizado por el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) muestra una reducción de hasta un 85% del total de especies vegetales cortadas en áreas de conservación nacionales.
Para el año 2011 se registró un total 458 hechos en las zonas protegidas, mientras que para 2023 esa cifra se redujo a tan solo 69, comportamiento que responde a la tendencia de dejar de lado la deforestación de zonas para producir bienes agrícolas. “La deforestación que azotó a Costa Rica en la segunda mitad el siglo XX es comúnmente asociada a los procesos de reforma agraria dirigida por el Estado”, concluyó el análisis efectuado para el Programa Bandera Azul.