Datos del Registro Nacional revelan que en Costa Rica hay 821.347 motocicletas inscritas, mientras que el Consejo de Seguridad Vial (Cosevi) indica que los motociclistas son la población que más accidentes en carretera sufre y le preocupa que la mitad de muertes se produce en estos vehículos.
Por ello una alianza entre Automóvil Club de Costa Rica y el Cosevi pretende hacer el intercambio de 600 cascos, con el fin de recibir cascos viejos, los cuales ya cumplieron su vida útil, y reemplazarlos por unos certificados que protejan la vida de quienes utilizan la motocicleta como medio de transporte.
“Dentro de este programa se hacen sustituciones en comunidades específicas. Automóvil Club de Costa Rica va a localidades como Corredores, Puntarenas, Santa Cruz y Nicoya. Ahí se anuncia y la gente se acerca, pero además se nos regala una cantidad para un programa que tenemos en las comunidades indígenas.
Escogemos esta población porque son de las personas que más se accidentan en carretera y las que van están sufriendo lesiones graves son los motociclistas.
Un elemento fundamental para salvar la vida es tener un buen casco, un casco que sea de su talla, que esté en buenas condiciones, que no haya caducado, pero que además no haya sufrido golpes, por eso hemos escogido esta población”, declaró Cindy Coto, directora ejecutiva del Cosevi.
Por su parte, Daniel Coen, presidente de Automóvil Club de Costa Rica, aseguró que los cascos deben tener certificación internacional.
“Lo primero y más importante es que los cascos deben tener una certificación. Siempre buscar que tengan certificaciones de agencias internacionales, con eso van a estar seguros de que están comprando un elemento útil.
Otro detalle importante es asegurarse de que la talla sea la adecuada. En este caso el casco debe tener una medida, en el caso de los menores de edad, los niños deben usar un casco especial para ellos.
Esto es importante porque los cascos de los adultos son más pesados, suelen ser más grandes, pero también tienen características que los hacen más pesados.
El cuello de los niños está en desarrollo, si les ponemos un peso adicional en la cabeza, entonces más bien podríamos causarles lesiones utilizando ese casco, por lo tanto, siempre que un menor use casco hay que buscar que sea para niños”, recomendó Coen.
“El CASCO SALVÓ MI VIDA”
Varios motociclistas que se inscribieron con anticipación en este proyecto se hicieron presentes para cambiar su casco. Incluso El Periódico del Pueblo conversó con Leonel Hernández, quien dijo que en un accidente el casco le salvó la vida.
“Para mí el casco tiene mucha importancia porque uno sufre accidentes. Hay mucha gente que no respeta a los motociclistas, hay motociclistas que no respetan la señalización de tránsito.
Antes yo no sabía que se debía cambiar el casco, por esta iniciativa me di cuenta que se debe cambiar cinco años después de caducado.
Hace tres años me chocaron, yo estaba haciendo un alto por el Ricardo Saprissa para salir a la ruta 32 y la persona que venía detrás no respetó el alto y me embistió por detrás.
En esa ocasión llevaba todos los implementos de seguridad, acción que permitió que no sufriera heridas de consideración”, relató.
Otra motociclista que se hizo presente a la actividad es Jackeline Brenes, quien aseguró que cuando ve a alguien sin casco se siente indignada. “El casco es superimportante. Yo creo que este fue diseñado para proteger la vida en todo momento. Justamente cuando veo gente sin casco no sé cómo hace para andar así. En mi caso siempre trato de que el casco esté en buen estado”, comentó.
En total se han cambiado 2.200 cascos. Además, Automóvil Club de Costa Rica ha donado 200 a las zonas indígenas.