Bajmut. (AFP) – Con una pala en las manos y un casco en la cabeza, varios soldados ucranianos se bajan de un camión y se disponen a construir una trinchera cerca de Bajmut, en el este de Ucrania.
El jefe del equipo da sus consignas a treinta excavadores: “Hay que cavar aquí, allá”, dice mostrando con la mano una porción de unas decenas de metros de largo, cubierta de hierba verde y todavía húmeda por la lluvia de la noche.
El lugar se encuentra entre una pequeña carretera y un bosque a seis kilómetros de las primeras posiciones rusas.
El jefe sigue: “La mitad cava y la otra puede fumar, y se intercambian. Cavan hasta las 14:30 y luego nos vamos de aquí”, dice este mediodía del domingo.
“Allá está Bajmut, allá está el frente”, concluye señalando hacia ambas direcciones.
Los soldados que van a cavar colocan su fusil en la hierba y pala en mano se alinean a lo largo de la parte designada. Los otros se colocan un poco más atrás.
No han comenzado aún cuando el ruido estridente de un cohete cruza el aire antes de caer a menos de 50 metros.
Algunos soldados se tiran al suelo, otros corren hacia el bosque cercano.
Luego ocurren veinte explosiones seguidas, con ruidos atronadores cerca y lejos.
Las detonaciones se suceden cada veinte segundos. Luego regresa la calma. Unos soldados se levantan, pero vuelven a huir cuando se escuchan más explosiones.
Cuando retorna la tranquilidad, el jefe ordena a los soldados correr hacia el camión estacionado a unos 50 metros, oculto bajo los árboles. “¡Rápido, rápido!”, grita, contento porque no hay ningún herido.
Corren hacia el vehículo, unos con palas en la mano, todo el mundo se sube y el vehículo abandonan la zona.
“Fueron cohetes con submuniciones”, dice minutos más tarde a AFP Ruslan, sargento del equipo, en un lugar protegido.
Los rusos “tal vez vieron nuestro grupo. Los proyectiles cayeron justo donde había mucha gente congregada”, dice.
Considera muy probable que los cavadores fueran captados por un dron de observación ruso.
“No cavamos en lugares peligrosos. Algunos días cavamos casi en el punto cero (de la línea de contacto entre los beligerantes), pero no hubo ataques de ese tipo”, agrega.
“Nosotros podemos hacer una trinchera cada dos días. Debemos hacer el trabajo rápidamente”, asegura.
Los periodistas de AFP vieron soldados cavar muchas trincheras en la región de Bajmut, ciudad donde combates muy sangrientos ocurren desde el verano pasado.
Estas últimas semanas, los miembros del grupo paramilitar ruso Wagner y fuerzas especiales del ejército de Moscú avanzaron hacia el centro de la localidad.
Los ucranianos solo tienen en su poder una pequeña parte del oeste de la ciudad, y las autoridades de ocupación afirman tener el 90% de la urbe casi reducida a ruinas y que en su momento contaba con 70.000 habitantes.