Los Juegos Paralímpicos 2024 empezaron un mes después del inicio de la cita olímpica en París. Hubo ceremonia de apertura con un espectáculo enfocado en la inclusión de todos los cuerpos y prometió una “revolución” que transformará el mundo.
Los ticos se lucieron porque, como dicen los abuelitos, se catrinearon muy bien y lucieron sus mejores galas.
Sherman Guity hizo de peluquero para ayudar a su compañero Diego Quesada. Andrés Molina le cortó la barba a José Pablo Gil, mientras que Cristina Sequeira y Jeannie Delgado, fisioterapeuta y médico de la delegación, respectivamente, se encargaron de Pilar Rivero y Camila Haase en peinados y maquillaje. “Bienvenidos al país del amor… y de la revolución”, declaró el presidente del Comité Organizador de París-2024, Tony Estanguet, una vez caída la noche en la Plaza de la Concordia, donde un escenario central en torno al Obelisco de Luxor acogió el espectáculo Paradoxe (Paradoja).
Unos 4.400 deportistas de 168 delegaciones desfilaron desde los Campos Elíseos, considerada entre los franceses como “la avenida más hermosa del mundo”, hasta la plaza donde Luis XVI y María Antonieta perdieron la cabeza durante la Revolución.
A su paso, los casi 50.000 espectadores aplaudieron y corearon los nombres de los países y los paradeportistas entretenían al público
“Esta noche comienza la revolución paralímpica”, aseguró Estanguet, una idea compartida por el presidente del Comité Paralímpic o Internacional, el brasileño Andrew Parsons, quien celebró durante su discurso “el evento deportivo más transformador del mundo”. Tras las palabras de Estanguet y Parsons, el presidente francés, Emmanuel Macron, declaró oficialmente “abiertos” los Juegos Paralímpicos de París.
Para cumplir este objetivo revolucionario, Thomas Jolly, quien dirigió la elogiada pero también polémica inauguración de los Juegos Olímpicos, aseguró que el show concedería valor a “todos los cuerpos”.
La Phryge, mascota oficial de París-2024, fue protagonista de los primeros momentos de la ceremonia, que comenzó con un video del paranadador francés Théo Curin, subido a un automóvil recubierto con peluches del simpático personaje.
Mientras el público disfrutaba del espectáculo, la llama proseguía su recorrido, iniciado el sábado en la localidad de Stoke Mandeville, en el Reino Unido, histórica cuna de los Juegos Paralímpicos.
La antorcha paralímpica llegó de los Campos Elíseos a la Plaza de la Concordia. Allí decenas de personas que sostenían otras llamas interpretaron un baile al son de “Boléro”, del compositor francés Maurice Ravel, y formaron los agitos, el símbolo de los Juegos Paralímpicos, antes de que la antorcha partiese hacia su destino final.
Tras recorrer el Jardín de las Tullerías, la llama llegó hasta el pebetero, el icónico globo aerostático de los Juegos Olímpicos.
Estanguet informó que se han vendido 2 millones de entradas para las distintas competiciones.