Desde la época del Imperio Romano el brócoli ha sido considerado un alimento de valor único entre los italianos por sus propiedades saludables.
Se introdujo por primera vez en los Estados Unidos por los inmigrantes del sur de Italia, pero no llegó a ser muy popular hasta la década de 1920.
Las cualidades gastronómicas y los estudios que prueban los beneficios para la salud del brócoli lo han convertido en uno de los grandes emblemas de la alimentación sana moderna.
200 gramos de brócoli cubren las necesidades diarias de vitamina C de un adulto, ya que aporta casi el cuádruple de la que se necesita. También satisface enteramente los requerimientos diarios de ácido fólico y dos terceras partes de los de vitamina A.
Es una fuente notable de calcio, potasio, fósforo, hierro, vitaminas B1, B2 y B6 también aporta dosis sustanciosas de yodo, zinc, cobre y manganeso.
Resulta excelente para combatir la anemia ferropénica y como preventivo anticáncer. Asimismo, su alto contenido en hierro, en clorofila y ácido fólico, lo convierten en un alimento muy recomendable para personas con anemia ferropénica, por déficit de hierro
Se recomienda su consumo durante la menopausia pues contiene fitoestrógenos, con acción antiestrogénica similar a la de la soja, que permite paliar los síntomas de la menopausia.