A lo largo de las décadas, los grupos de delincuencia organizada involucrados en el tráfico de drogas han perfeccionado los métodos para evadir la vigilancia de las autoridades, haciéndolos cada vez más sofisticados, además, solo en el Valle Central podrían existir más de 1.500 búnkeres narco.
DIARIO EXTRA conversó con Mario Arias, especialista en delincuencia organizada y anticorrupción, quien indicó que la situación reciente donde el Ministerio de Seguridad Pública (MSP) desarticuló una banda que recibía pagos por sustancias ilegales a través de Sinpe Móvil, evidencia la presencia y las nuevas estrategias de las bandas narcotraficantes.
“En particular, se estima que en el Valle Central podrían existir entre 1.500 y 1.800 búnkeres dedicados al narcotráfico, generando ingresos que oscilan entre ¢1 millón y medio y ¢2 millones diarios. Además de la venta de drogas, estos lugares también podrían involucrarse en el tráfico de armas y municiones”, señaló.
Asimismo, detalló que este fenómeno plantea un desafío crucial y la necesidad de contar con una Dirección de Inteligencia Policial que permita comprender a fondo los diversos modus operandi empleados por estas organizaciones criminales en el comercio de estupefacientes y sustancias psicotrópicas.
“Es evidente que los grupos operan con una precisión alarmante, empleando estrategias que van desde la sofisticación en el almacenamiento hasta la distribución eficiente de los productos ilegales.
En muchos casos, la droga llega al país y, tras ser almacenada, se distribuye mediante métodos cada vez más ingeniosos, como el uso de bocadillos o empaques comunes que ocultan la sustancia ilícita”, agregó.
TIPOLOGÍA
La creatividad de las bandas criminales no tiene límites, pues ahora utilizan hasta alimentos para poder distribuir la droga en diferentes zonas del territorio nacional, incluyendo los sistemas penitenciarios.
Prueba de ello es la información del Ministerio de Justicia y Paz, que ha señalado que en varias ocasiones han decomisado las sustancias dentro de piezas de pollo, jabón de trastes, rollos de papel higiénico, entre otros.
A esto se le suma que el 3 de julio de este año, la Policía Municipal de San José ejecutó un allanamiento en el centro de este cantón, en un puesto donde aparentemente vendían empanadas rellenas de droga y un hotel que la distribuía.
Según el experto, estos métodos no solo complican las investigaciones, sino que también incrementan la dificultad para rastrear las transacciones financieras asociadas, las cuales a menudo se realizan mediante aplicaciones móviles de pago, como Sinpe.
“Este tipo de sofisticación en el encubrimiento subraya la urgencia de una inversión significativa en la mejora de las técnicas de investigación y en el desarrollo de habilidades avanzadas en inteligencia.
Es de vital importancia desmantelar estos búnkeres, muchos de los cuales se encuentran alarmantemente cerca de escuelas y colegios, para proteger a las comunidades vulnerables. La complejidad y la evolución constante de las tácticas de los grupos criminales requieren una respuesta igualmente avanzada y estratégica por parte de las autoridades”, explicó.
De igual manera, argumentó que la inversión en inteligencia y la capacitación continua son pasos esenciales para contrarrestar la amenaza creciente del crimen organizado en la venta de drogas.
“Desarticular los núcleos de distribución de estupefacientes, conocidos comúnmente como narcomenudeo, es fundamental para reducir la operatividad de los grupos criminales que se benefician de este comercio ilícito”, dijo.
Por su parte, el MSP recordó a la ciudadanía la existencia de un espacio para efectuar reportes confidenciales sobre informaciones de posibles puntos de venta de drogas, llamando gratuitamente a la línea 1-1-7-6.