El Banco Nacional de Costa Rica (BN) lleva 110 años de ser un pilar en la vida económica, social y ambiental del país.
Fundado en 1914 como el primer banco público bajo el gobierno de Alfredo González Flores y en medio de la Primera Guerra Mundial, inició con el fin de ayudar a los agricultores, pero con el tiempo creció y extendió su apoyo a micro, pequeñas, medianas y grandes empresas.
De esta forma, el BN no solo es una institución financiera, sino que se convirtió en el motor y realizador de sueños de miles de familia que, gracias a los créditos de vivienda, hoy tienen una casa propia.
“A lo largo de sus 110 años de historia, el BN ha sido protagonista de momentos únicos que han dejado una huella profunda en la economía del país. Sin embargo, su mayor legado no se mide solo en cifras o estadísticas, sino en las vidas que ha transformado. Cada crédito aprobado, cada servicio brindado, ha significado progreso y bienestar para miles de costarricenses en cada rincón del país. Queremos agradecer a Costa Rica por permitirnos ser parte de su historia”, aseguró la gerente general del BN, Rosaysella Ulloa.
En el momento de su creación, quizá pocos podían prever el impacto que tendría esta institución, pero su visión fue clara: construir un futuro más próspero para todos los costarricenses.
Hoy, 110 años después, sigue cumpliendo con esa premisa, acompañando a personas y empresas en el logro de sus metas y sueños, mientras impulsa el desarrollo económico, social y ambiental del país.
Realizador de sueños
La institución históricamente ha acompañado e impulsado los sueños de emprendedores como Fiorella Marín, hija de agricultores guanacastecos. Su pasión por cultivar la tierra despertó en ella las ganas de ser empresaria y encontró en Canalete de Upala el lugar propicio para que plátanos Zamarín se convirtiera, además de una plantación, en una planta procesadora que brinda empleo a nueve personas.
Si algo tiene claro Fiorella es que su empresa debe ser sostenible y, por eso, pone en práctica métodos de cultivo que generan el mínimo impacto al ambiente, ella sabe que esto no es una moda, es una necesidad, porque la crisis ambiental provocada por el cambio climático podría afectar su cosecha y por lo tanto a su familia, sus empleados y todas las personas que se benefician con su empresa.
Otra historia motivadora es la de la empresa Bambuco SLR, una pyme ubicada en Cartago.
Desde su creación se caracteriza por innovar, su elemento diferenciador es el procesamiento y comercialización de productos comestibles a base de bambú.
Esta es una de las pymes que el año pasado recibió financiamiento con fondos del Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD) colocados por el BN.
“Es un sueño que materializamos pues queríamos contar con nuestro propio negocio cuidando siempre la calidad, los empaques y el sabor de cada opción gastronómica. La idea surgió luego de un curso técnico que hice en el Instituto Tecnológico de Costa Rica y después de haber compartido con mi abuelo, siendo niño, la experiencia de verlo elaborar sus recetas”, afirmó Esteban Reyes, emprendedor y dueño de Bambuco SLR.
Líder en el mercado financiero
En la actualidad, el BN representa casi el 20% del mercado financiero nacional, siendo líder con una cartera de crédito acumulada que llegó a ¢5,18 billones, un crecimiento del 6,04% a junio del 2024.
Pero no solo eso, sino que también ocupa el primer lugar del mercado en captación (cuentas corrientes, CDP y ahorros a la vista) con un 25,39% y tiene el rendimiento más alto desde hace 6 años, demostrando la solidez y sostenibilidad de sus beneficios.
Sin límites
El BN hizo de la inclusión financiera una prioridad, con el compromiso de llegar a todos los rincones del país y a todos los estratos sociales.
Incluso, desde el 2010 marcó un hito con la creación de BN Banca Mujer, el primer programa de ayuda integral dirigido a mujeres en el país.
Dicho programa ha sido fundamental en el empoderamiento de más de 1,3 millones de mujeres, brindándoles acceso a recursos financieros y herramientas para el crecimiento personal y empresarial.
Actualmente, el impacto de BN Banca Mujer se refleja en que un tercio de la cartera de crédito del banco, equivalente a ¢1 billón, está destinado a apoyar a mujeres en toda Costa Rica.
La comunidad indígena también es importante para el BN, siendo el único banco del país que ofrece servicios a las 8 comunidades indígenas de Costa Rica garantizando cobertura en sus 24 territorios.
Con cajeros automáticos habilitados en lenguas indígenas y oficinas en estas comunidades, el BN ha permitido que alrededor de 40.000 aborígenes accedan a servicios bancarios, reduciendo la brecha de exclusión financiera que históricamente ha afectado a estas comunidades.
Otro pilar de la inclusión financiera es el Programa BN Pymes, que en 25 años ha transformado el panorama económico de más de 350.000 micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) en todo el país.
Este programa pionero en América Latina ha inyectado más de ¢4 billones en préstamos, convirtiéndose en un motor de crecimiento para miles de emprendedores y en un modelo a seguir en la región.
Estos resultados demuestran que el BN no solo está para impulsar la economía, sino también para construir un país más accesible y equitativo para todos los habitantes.