Parte II
Lo primero es que se debe ser claro e indicar los períodos. En el 2019, ante un exceso de oferta de dólares, el Banco Central compró de más $963 millones a los requerimientos del SPNB para evitar una mayor apreciación del colón. En el 2020, por el contrario, tuvo que inyectar de sus reservas $465 millones, para evitar que el tipo de cambio se siguiese devaluando. En el 2021, repitió el mismo comportamiento, pero con más fuerza, vendiendo $1304 millones de más para parar el ritmo de devaluación. Por el contrario, y ahí es donde estuvo el gran error, en el 2022 apenas el Central intervino de más en $195 millones a los requerimientos del SPNB y dejó demasiados dólares en el mercado, con lo cual la tendencia a la apreciación del colón se consolidó. En lo que llevamos del 2023, el Central ha comprado de más al 23 de febrero, $630 millones sobre los requerimientos del SPNB, pero demasiado tarde pues ya los agentes económicos han incorporado en sus cálculos económicos una tendencia a la apreciación de la moneda local.
Además, con solo el hecho de que el Director reconozca que hay un descalabro en el tipo de cambio, debería ser suficiente justificación para una intervención más significativa del Central para romper con la especulación financiera que se está dando originada por este mal manejo de la política cambiaria.
Lo que no reconocen y no dicen las autoridades del Banco Central es que el incremento en su tasa de política monetaria fue de tal magnitud, más la insuficiente participación de dicha entidad en el Monex para evitar tendencias especulativas a la apreciación, los que hicieron que el premio por invertir en colones fuese tan atractivo, casi 20% de rendimiento equivalente en dólares, convirtiéndose a colones, que la misma balanza de pagos del 2022 refleja un incremento en los flujos netos de dólares entrantes al país por pura especulación o capital golondrina por cerca de $2 mil millones, suficiente para seguir apreciando el tipo de cambio con independencia de los fundamentales de la economía.
Llama la atención que, en las presentación de las autoridades del Banco Central, brilla por su ausencia el efecto recesivo en la producción nacional que el ajuste violento en las tasas de interés está produciendo, así como el efecto negativo en la competitividad del país, al tener un tipo de cambio apreciado un 20%, con un porcentaje importante de gastos en colones y con otros países competidores como Colombia, en donde el tipo de cambio real, de junio a noviembre 2022, se ha devaluado en términos reales un 18% mientras que nuestra moneda, por el contrario, se ha apreciado un 12%.
Es inconcebible, por más prioridad de un objetivo en la Ley del Banco Central, que las autoridades de dicho ente dejen por fuera en sus análisis factores tan relevantes para la coyuntura actual del país como:
1. Efecto recesivo de la política monetaria y cambiaria del Central.
2. Efecto en el desempleo de mano de obra no calificada en zonas rurales.
3. Pérdida de competitividad del país respecto a nuestros principales competidores comerciales.
4. Sustitución de producción local por abaratamiento de importaciones de esos mismos bienes de otros países competidores.
5. Dificultad del cálculo económico e incertidumbre para las personas físicas y jurídicas en Costa Rica ante tal volatilidad cambiaria.
6. Asimetría en los criterios de intervención del Banco Central, cuándo se devalúa respecto a cuándo el tipo de cambio se aprecia.
7. Daño de largo plazo a la estructura productiva del país y su competitividad, por una meta obcecada de corto plazo, como hacer regresar la inflación al rango del 2% al 4%.
Como me decía don Fernando Naranjo, ex Profesor de Macroeconomía, el manejo del tipo de cambio y la política monetaria del Banco Central ha pasado a ser ahora un tema de política y estrategia de Estado, más que una situación coyuntural de manejo de tecnócratas detrás de una meta simple de inflación.
Yo le agregaría, nuestros compatriotas comen con empleo, no con una baja inflación, la cual no se disfruta, si mi salario es cero pues fui despedido a consecuencia de la implementación de esta ortodoxia monetaria.
Ya lo decía hace miles de siglos San Mateo, “al que tenga oídos para oír, que oiga. Viendo veréis mas no percibiréis”.
*Economista, Director del Medio Digital Economía Hoy