Lo primero que el defensor Gabriel Badilla hizo al despertar de la anestesia fue darle gracias a Dios por tenerlo con vida y porque la operación fue un éxito. Así lo dijo a DIARIO EXTRA el doctor Elliott Garita, el primero en conversar con el morado tras la cirugía, el sábado por la tarde.
Ahora “El Gladiador” está en la sala de cuidados intensivos del Hospital Clínica Bíblica, recuperándose de la cirugía, que tardó tres horas, mucho menos del tiempo previsto. Es muestra de que la intervención fue positiva.
Al jugador le extirparon un tumor benigno del corazón, que le fue detectado en los chequeos médicos que hace el club saprissista antes de la fase de pretemporada. Le fue sustituida la válvula aórtica que el tumor de un centímetro deterioró.
Badilla tiene las visitas restringidas, solo sus familiares muy cercanos podrán llegar a verlo por un lapso de 2 o 3 semanas. Con el resto de parientes se comunicará por medio de redes sociales. Lo mismo será cuando esté en su casa, en unos 8 días.
“La parte de contacto físico siempre es importante limitarla al inicio, por problemas de recaída, los cuadros gripales que a veces arrastramos sin querer de gente en la familia. Entre menos gente esté con él, mejor evolución”, comentó el doctor.
El procedimiento consistió en abrir la aorta y revisar la válvula para ver qué tan reparable estaba. “Lamentablemente el tumor abarcaba gran parte de una de las orejuelas, por lo cual era imposible reparar”, explicó.
A “El Gladiador” le fue colocada una válvula de tipo biológico que cuesta ¢3 millones, producida en Tiquicia por St. Jude Medical y exportada a todo el mundo.
Es una válvula artificial que entre sus bondades tiene que le va a permitir seguir jugando al fútbol sin ninguna complicación.
“La ventaja de esta válvula es que no le restringe el deporte porque no requiere un medicamento específico para darle mantenimiento”, agregó Garita.
Otros tipos que ofrece el mercado le restringirían la actividad física por sus efectos si recibe golpes fuertes, como ocurre en deportes de contacto como el fútbol.
El periodo de vida de la válvula es de 20 años, “en ese tiempo veremos si necesita algún tratamiento o no”, destacó el galeno.
El médico afirmó que lo más difícil de la operación fue decidir sustituir la válvula aórtica, lo que estaba entre las posibilidades, pero no esperaban que fuera así. Badilla estaba enterado de eso.
La expectativa se mantiene en que en 6 meses el jugador esté de vuelta en la competencia con el “Monstruo”.
Garita dijo que el diagnóstico temprano del tumor y el que haya sido extirpado a tiempo impidió que el corazón sufriera daños en su estructura normal, “lo que hace que aún sea de mejor respuesta al tratamiento que se le está aplicando”.
Hoy Badilla tendrá más actividad, como caminar y comer alimentos más sólidos, de momento ha estado con muchos líquidos.
En los próximos días hará ejercicios en el gimnasio bajo supervisión médica, como parte del proceso de rehabilitación, que durará 12 semanas. El doctor dijo que de acuerdo a la evolución que ha tenido ese proceso podría ser más corto, luego hará trabajos en cancha.