El Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) ha vuelto a quedar mal parado tanto en su gestión administrativa como en la financiera, señala un informe de la Contraloría General de la República.
La auditoría, que comprende el periodo 2019-2023, revela que la entidad dejó sin servicio de agua potable a 2,8 millones de personas por una mala administración.
“El AyA ha sido eficaz e ineficiente en la gestión del tiempo, costo y alcance del portafolio, pues un 57% de los proyectos que deberían estar finalizados en enero de 2024 aún están en ejecución, lo que demora la atención de las necesidades ciudadanas”, se lee en el informe.
“Afectando el beneficio para 2,8 millones de personas en agua potable y 1,2 millones de personas beneficiarias de proyectos de saneamiento en ciudades”, añade.
Según la Contraloría, los proyectos congelados supera los ¢800.000 millones y se concentran en comunidades como Limón, Golfito, Quepos, Palmares, Jacó, Tamarindo y Coco-Sardinal.
“Resulta relevante la revisión del tema, considerando que los planes de inversión vigentes ascienden a más de ¢801 mil millones y que, dentro de las competencias del AyA, se encuentra garantizar el abastecimiento de agua potable y el saneamiento de aguas residuales”, indica el documento.
Además el órgano contralor proyecta una insostenibilidad financiera por las estrategias operativas puestas en práctica por AyA en los últimos años.
“Todo esto ante la falta de reconocimiento de los costos de inversión en las tarifas que sostienen los servicios”, agrega el informe contralor.
DISPOSICIONES
Junto a las conclusiones, la Contraloría enumeró una serie de disposiciones que Acueductos y Alcantarillados debe acatar para solventar una de sus peores crisis.
“Diseñar, divulgar e implementar un modelo de gobernanza integral del portafolio, mejoramiento de la gestión institucional y una hoja de ruta hacia la sostenibilidad financiera”, recalca.
El grueso de los ítems asignados por el ente contralor deberá cumplirlos AyA entre abril de 2025 y mayo de 2026 mediante una serie de informes.
ACUEDUCTOS RESPONDE
En AyA aseguran que esas conclusiones y disposiciones empezaron a gestionarlas con la llegada de Juan Manuel Quesada, nuevo presidente ejecutivo.
“Es fundamental destacar que el informe abarcó el periodo entre 2019 y el 31 de diciembre de 2023. Desde el ingreso de Juan Manuel Quesada, el 31 de enero del 2024, hemos identificado diversas brechas y oportunidades de mejora a nivel institucional”, señala.
“Nos hemos enfocado en aspectos estratégicos e integrales relacionados a la gestión institucional”, agrega.
De acuerdo con Acueductos y Alcantarillados, para hacerle frente a la “crisis” se fijaron cuatro áreas a apuntalar, a saber: nueva visión estratégica empresarial y reorganización, mejora de la gestión de AyA, aceleramiento de inversión pública y mejoras en acciones operativas.
“Estamos trabajando de forma acelerada en la redefinición de la estrategia institucional para los próximos cinco años, hemos avanzado en la definición de procesos fundamentales y en su reorganización”, expresó Quesada.
“Nos estamos moviendo a una velocidad nunca vista en el AyA y eso es bueno porque no podíamos seguir el rumbo que traía la institución (…) era necesario un golpe de timón y lo hemos dado”, finalizó.