(Almaty, Kazajistán. AFP). El vuelo de Azerbaijan Airlines, que se estrelló en diciembre en Kazajistán y dejó 38 muertos, probablemente fue dañado por “objetos externos”, afirmaron este martes las autoridades en un informe que no determina la causa de la tragedia que Azerbaiyán imputa a Rusia.
El informe preliminar del Ministerio de Transporte de Kazajistán señala que el aparato presentaba numerosos “daños” y que probablemente fueron causados por “objetos externos”, sin detallar de qué tipo.
El avión, con 67 personas a bordo, realizó el 25 de diciembre un trayecto entre Bakú, la capital de Azerbaiyán, y Grozni, capital de la república rusa de Chechenia, en el Cáucaso. El aparato se estrelló al otro lado del mar Caspio, cerca de Aktau, en Kazajistán.
El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, acusó en varios ocasiones a Rusia de haber derribado el avión.
“El avión fue derribado [por un ataque que venía] desde tierra”, dijo Aliev el 6 de enero, afirmando que el aparato del fabricante brasileño Embraer sufrió “disparos” cuando sobrevolaba territorio ruso.
Fotografía cortesía AFP.
Pero Kazajistán, un estrecho aliado de Rusia, no acusó directamente a Moscú. El país de Asia central dirige la investigación, ya que el accidente se produjo en su territorio.
En un primer momento, sin embargo, las cajas negras del avión fueron trasladadas a Brasil para ser analizadas con intervención de expertos azerbaiyanos, rusos y kazajos.
El informe preliminar publicado el martes, de 53 páginas, no identificó la razón por la que el avión se desvió de su ruta.
Según la investigación, la tripulación informó a las autoridades aéreas de la ciudad rusa de Grozni que había perdido la señal GPS. Poco después perdió el control de la nave.
El estudio afirma que el avión sufrió “daños de diversa forma y tamaño en la sección de cola” y que “se encontraron daños similares en el motor izquierdo y en el ala izquierda de la aeronave”.
Fotografía cortesía AFP.Expertos occidentales señalaron que el avión fue probablemente tiroteado desde Rusia.
Moscú, a su vez, admitió que su defensa aérea trabajaba el día del accidente y que estaba repeliendo un ataque ucraniano de drones.
Pero rechazó cualquier responsabilidad en el hecho de que se derrumbara.
La publicación del estudio debería de haber tenido lugar a finales de enero, no más de treinta días después del accidente, pero se pospuso.