La Contraloría General de la República (CGR) autorizó una compra de ¢2.757.295.200 con el fin de adquirir mascarillas especiales para el personal que atiende a los pacientes infectados con Covid-19.
“Se encuentra en trámite del procedimiento de compra No. 2020CD000270-5101 para la compra de 200.000 respiradores, esta compra se gestionó para adquirirlos directamente con la OPS, sin embargo, técnicamente se están solicitando aclaraciones, por lo que esta compra abastecerá poco más de medio mes, cantidad insuficiente para hacer frente a la creciente demanda de estos respiradores”, justificó la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
El proceso de compra aún se encuentra en licitación y la Caja alegó que hay una demanda creciente de este equipo de protección a nivel mundial, además de que ese tipo de productos empezaría a escasear en los almacenes institucionales.
“Es claro que de conformidad con los principios de transparencia, eficiencia y seguridad jurídica la administración debe velar objetivamente por la selección de la mejor oferta, por lo que esa selección deberá estar sustentada en parámetros técnicos y jurídicos que permitan que se disponga con los bienes que se adquieren, con la calidad requerida y de manera oportuna”, cita la Contraloría.
El ente hace un llamado a la CCSS para que agilice las compras de estos suministros y no coloque obstáculos, ya que así se evitaría un desabastecimiento.
La CGR también le dice a la Caja que debe prestar atención a la administración del Fondo de Contingencia y así llevar un registro controlado de los dineros que se utilizan.
“Se deberá velar por que se fortalezca la programación del Fondo, definiendo objetivos y metas, realizando proyecciones actualizadas y priorizadas de los requerimientos de gastos y de ingresos, en el contexto de la emergencia sanitaria y fortaleciendo el seguimiento de los recursos ejecutados”, concluye el órgano contralor.
POLÉMICA
Desde el inicio de la pandemia la institución se ha visto envuelta en una serie de polémicas tanto por la fallida entrega de mascarillas como por la calidad del empacado y del propio equipo de protección personal.
La primera de ellas por la compra de 12 millones de cubrebocas a una periodista, mismas que no llegaron, hecho similar con la empresa Landergren.
Recientemente, la Unión Nacional de Empleados de la Caja (Undeca) criticó que cerca de 15 millones de mascarillas que la entidad repartió en el hospital de Alajuela no cumplían con los requerimientos de empaque y tenían riesgo de contaminarse antes de ser usadas.