Aunque el país sigue estando a la vanguardia en el resguardo de especies en peligro de extinción, el Índice de la Lista Roja bajó 0,04 en lo que va del siglo XXI.
“La Lista Roja se refiere a las especies amenazadas por tipo de especie y el Índice asume valores entre 0 y 1, siendo 1 el estado de conservación más favorable de todas las especies y 0 el equivalente a su extinción”, indica el Análisis de avance en los indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) respecto a las metas globales de la agenda 2030 en Costa Rica, publicado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Esto quiere decir, según datos del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), que el país en 1999 tenía un nivel mínimo de la Lista Roja de 0,85 en protección, en 2021 cayó a 0,81.
Los datos, en términos globales, parecen ser buenos, no obstante, demuestran una disminución en las capacidades de protección del país. Si comparamos a Costa Rica con sus pares latinoamericanos sigue siendo de los mejores. Ese 0,81 es superior a toda la región excepto a tres países: Brasil, Uruguay y Argentina.
Pero si la comparación se realiza con respecto a los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la situación es diferente, ya que el promedio tiene un índice de protección superior al 0,9, lo que deja al país rezagado.
“La política ambiental acumula ambigüedades en un contexto de escenarios complejos: una institucionalidad pública débil con metas ambiciosas y capacidades disminuidas, la reaparición de narrativas y planteamientos “antiambientalistas”, una sociedad civil menos articulada y amenazas globales, climáticas y geopolíticas para su territorio”, planteó el Estado de la Nación.
COMPROMISO EN LOS ODS
La importancia del control de las especies amenazadas está reconocida internacionalmente por el Convenio sobre la Diversidad Biológica y el Objetivo de Desarrollo Sostenible 15 que se llama: “Vida en los ecosistemas terrestres”.
El ODS 15 es uno de los que más metas y compromisos globales tiene, un total de 12 metas y 14 indicadores propuestos.
Si se revisan las metas, muchas de ellas ya habían sido cumplidas, entre ellas la cobertura de las zonas protegidas, el país cuenta con 11 de ellas.
“La deforestación y la desertificación –provocadas por las actividades humanas y el cambio climático– suponen grandes retos para el desarrollo sostenible y han afectado las vidas y los medios de vida de millones de personas en la lucha contra la pobreza”, destaca la ONU.
PROBLEMAS PRESUPUESTARIOS
Costa Rica posee una extensión de 13.031 kilómetros cuadrados de áreas silvestres protegidas, representando el 25% de su territorio.
Aunque el dato es bastante bueno, trae consigo un problema, que el presupuesto del país en temas ambientales y de protección corresponde al 0,1% del Producto Interno Bruto (PIB), según el Informe del Estado de la Nación.
Si ya el presupuesto es escaso, el Ministerio de Hacienda cuestionó que en 2022 el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) solo ejecutó el 85% de los recursos presupuestarios con que contaba.
Esto ha provocado que Franz Tattenbach, ministro de Ambiente y Energía, asegurara el 10 de octubre frente a los diputados de la Comisión de Asuntos Hacendarios de la Asamblea Legislativa que hay falta de personal en algunos parques nacionales del país.
El Estado de la Nación reclamó que: “En 2022 se adoptaron 144 nuevas disposiciones en materia ambiental, no obstante, se incrementó el número de denuncias en este campo y se redujeron los recursos orientados a tareas de control y fiscalización ante mayores presiones y conflictos ambientales”.
Los resultados de esto es que entre 2020 y 2022 disminuyeron en un 70,2% las horas que dedica el SINAC a control, prevención y protección de los bienes naturales.
PROGRESO EN GESTIÓN FORESTAL
Uno de los puntos donde Costa Rica avanzó significativamente es en la protección forestal. El segundo Informe Voluntario del cumplimiento de los ODS del Ministerio de Planificación y Política Económica (Mideplán) “existen progresos en la gestión forestal sostenible, donde, desde el período 2017-2018, el porcentaje de cambio neto en el área de bosque ha sido de 0,54, lo cual es un reflejo de instrumentos de planificación como el Plan Nacional de Desarrollo Forestal 2011-2020”.
De acuerdo al Sistema de Indicadores de los ODS, el país tiene una cobertura forestal de 18.000 kilómetros cuadrados, a lo que hay que sumarle los humedales, pastizales y tierras de cultivo que en mayor o menor medida incrementan este tipo de zonas.
Eso sí, muchas de estas áreas son bosques secundarios reforestados luego de sufrir largos años de deforestación.
INCENDIOS FORESTALES, UN PROBLEMA LATENTE
En temas de rescate de la flora, datos del Estado de la Naciòn indican que el país esta volviendo a padecer de un mal que había creído resolver.
En 2002, 50.000 hectáreas de terreno boscoso fue destruido por incendios forestales. Después de un trabajo arduo reduciendo esas cifras la cantidad de hectáreas dañadas bajó en 2011 a 10.000.
Cuando parecía que se iba resolviendo el problema, en 2013 y 2015 llegaron hasta las 55.000 hectáreas con incendios forestales. En 2022 el dato se ubicó en 45.000, cuatro veces y medio más que 10 años antes.