Durante lo que va de 2024, el Benemérito Cuerpo de Bomberos ha atendido 82 incendios forestales, cifra que preocupa a la institución, pues según han indicado esta es la mayor cifra desde los últimos 10 años, situación que fue alertada por el Instituto Meteorológico Nacional (IMN), debido al impacto del fenómeno de El Niño.
DIARIO EXTRA conversó con Luis Salas, director operativo del Cuerpo de Bomberos, quien contó detalles sobre la atención de dichas emergencias, e incluso contó cómo los efectivos deben internarse en la montaña para combatir ese infierno.
EN LA TRINCHERA
“Tenemos campamentación, porque los bomberos deben ir a acampar. Por ejemplo, este incendio que tenemos en Talamanca, la gente tiene que dormir cerca del incendio, porque la distancia es tal y el tiempo que se dura, se perdería un día caminando. Entonces deben estar muy cerca, se requiere logística, alimentación, deben llevar equipos para cocinar, comidas de raciones militares, que cuando están en el campo puedan alimentarse de una forma rápida”, externó Salas.
Ante la consulta de si se podría comparar estas operaciones con ir a la guerra, el director operativo indicó que sí.
“Dejando de lado lo bélico, sí podríamos comparar ir a apagar un incendio forestal con ir a la guerra. En un incendio de esta naturaleza el personal debe tener autonomía para poder trabajar, ellos pueden ingresar con su equipo y apoyo logístico y estar ahí durante varios días sin requerir mucho de afuera”, agregó.
Sin duda, en zonas boscosas y alejadas, donde en ocasiones no existe agua para apagar el fuego que amenaza gran cantidad de hectáreas, los bomberos tienen que utilizar otros métodos. Uno de ellos consiste en hacer brechas entre lo que se está quemando y lo que no.
“Para apagar este tipo de incendios, se necesitaría mucha agua, una gran cantidad de mangueras, sería mucho peso, una gran cantidad de equipo, entonces por lo general el frente del fuego se espera a una distancia prudente, de hasta 500 metros, y se empieza a hacer una brecha para cuando el incendio llegue a ese punto ahí se detenga”, explicó Salas.
Sin embargo, en otras ocasiones los efectivos preparan un contrafuego que topa el incendio y lo apaga.
“En otras ocasiones, si la topografía y el tipo de material que se quema lo permiten, se realiza un contrafuego para que tope y apague el fuego dentro del perímetro donde esté el incendio. Cuando hay un riachuelo cerca del incendio, hay unas bombas de espalda que nos permiten llevar agua, pero es mínimo”, alegó.
TOPOGRAFÍA DIFÍCIL
Con respecto a la maquinaria utilizada para apagar los incendios forestales, Luis Salas indicó que no está desarrollada, ya que las condiciones topográficas de Costa Rica no lo permiten.
“En Costa Rica la maquinaria de incendios forestales no está desarrollada, en los lugares donde se dan los incendios es difícil usar maquinaria. En otros países se utilizan bulldozers para hacer unas trochas, abrir una línea de protección y poder detener el incendio, pero en nuestro país es difícil por la topografía”, comentó el director operativo del Cuerpo de Bomberos.
Salas le contó al Periódico del Pueblo que incluso durante estos días, gracias al apoyo del Servicio de Vigilancia Aérea (SVA), se logró hacer un sobrevuelo donde supieron de incendios que aún no se habían reportado.
“Gracias al Servicio de Vigilancia Aérea y a la coordinación de la Comisión Nacional de Emergencias, Bomberos realizó un sobrevuelo sobre algunas regiones que nos interesaba, tenemos incendios que ni siquiera se han registrado en zona montañosa, de ahí que posiblemente superaremos las 17.000 hectáreas quemadas”, finalizó.
El Benemérito actualmente se mantiene en el control de cinco incendios forestales, los cuales afectan a Guanacaste y Puntarenas. Recientemente se logró controlar un siniestro en Talamanca que consumió 150 hectáreas, pero también dos viviendas humildes resultaron completamente carbonizadas y cuatro más tuvieron daños parciales.