El viernes 10 de abril varios privados de libertad del Centro de Atención Institucional (CAI) 26 de Julio, en Puntarenas, se enfrentaron con oficiales penitenciarios en dos ocasiones distintas, atacándolos con sillas, tablas y líquidos.
La primera situación se dio producto de las labores rutinarias de la Policía Penitenciaria, personal que ingresó a uno de los módulos del CAI puntarenense para realizar una revisión.
En el momento del ingreso, se dio un enfrentamiento con los ocupantes del módulo.
Producto del choque, tanto policías como privados de libertad resultaron con varios golpes, pese a ello, la situación se controló rápidamente.
Luego de sofocar este enfrentamiento, se desató otro problema en un pabellón cercano.
Este segundo encontronazo se generó producto de pugnas de poder entre grupos rivales recluidos en la cárcel.
Como parte de las diferencias hubo una golpiza, en la cual resultó herido un privado de libertad.
Al percatarse de la situación, los policías penitenciarios intervinieron para sacar del pabellón al preso herido, sin embargo los otros convictos los atacaron con sillas, tablas y líquidos.
En esta segunda gresca, mientras algunos reos atacaban a los policías que ingresaron al módulo, otros seguían agrediendo a sus rivales.
La Policía Penitenciaria controló la riña por su cuenta, sin necesidad de que interviniera la Fuerza Pública, quienes enviaron personal a la cárcel para apoyar la labor.
Producto de los dos hechos, siete policías penitenciarios recibieron golpes, de ellos tres fueron remitidos al Hospital Monseñor Sanabria para una mejor valoración.
Además, cinco privados de libertad resultaron con lesiones también, pero solo a uno se le trasladó al nosocomio para una atención especializada.
“En horas de la mañana (del viernes) la Policía Penitenciaria dispuso hacer una revisión de espacio en el CAI 26 de Julio ubicado en Puntarenas, lastimosamente la policía fue recibida con golpes y una oposición fuerte de parte de los privados de libertad, esta situación implicó que se debieran trasladar al menos tres policías penitenciarios al hospital para que fueran revisados, y cuatro más golpeados, en total siete, además privados de libertad, uno de ellos fue referido al hospital y cuatro de ellos resultaron con golpes varios que no ameritaron traslado al hospital”, explicó Nils Ching, subdirector de la Policía Penitenciaria.
Tras las dos intervenciones realizadas en la mañana del Viernes Santo, los módulos del centro penitenciario retornaron a la calma y la tranquilidad, incluso todos los reos almorzaron con normalidad.
MOLESTOS
Los privados de libertad y sus familiares estaban molestos por las revisiones, pues aseguran que los oficiales penitenciarios llegaron de San José y no tenían elementos de protección al momento de la intervención, lo cual aseguran los pone en un claro riesgo.
“Nosotros nos dimos cuenta que era gente de San José y Alajuela, se le indicó tranquilamente a la policía que no nos hicieran requisa, y no por la requisa, sino que nos hicieran requisas los policías del centro penitenciario de aquí, no queríamos a nadie de San José ni de Alajuela para evitar el contagio por Covid-19, si nosotros nos estamos privando de nuestra familia, no queremos que nadie de afuera venga a faltar a la cuarentena”, dijo un privado de libertad identificado como Bryan.
Lilliam Juárez tiene a su esposo y su hijo en el centro penal y se mostró preocupada por lo ocurrido.
“No queremos que vengan personas de San José a revisarlos a ellos, porque no se sabe si están enfermos, que si quieren requisarlos que lo hagan los policías de aquí. Entonces le pedimos a la ministra que así como nos restringen a los familiares, que se restrinjan ellos”, señaló.
Tanto los familiares que estaban afuera de la cárcel como los privados de libertad insistieron en su preocupación en caso de que se presente un contagio dentro del centro.