Avancemos se planteó como un programa para la inclusión, permanencia, asistencia y reincorporación al sistema educativo de estudiantes en pobreza y condiciones extremas.
La idea era justamente dar un aliciente a la población con una mayor probabilidad de ser excluida del sistema educativo por su situación socioeconómica.
Desde un inicio el compromiso era buscar opciones con el fin de aumentar la cantidad de personas beneficiarias, sin embargo, hoy parece no ser una prioridad.
La prueba es que el gobierno decidió recortar los fondos para cubrir estas becas, algo que ha sido fuertemente criticado por los diputados de varias bancadas.
El recorte toca más de 15.000 becas y este es solo otro reflejo de cómo se viene reduciendo el gasto social en el país para anteponer los resultados fiscales.
No obstante, debemos tomar en cuenta que no habrá flujo de caja que valga si nuestra juventud sigue engrosando las cifras de desempleo y enlutando a las familias por tratar de ganar dinero fácil con el crimen organizado.
Creemos que el gobierno sin duda debería pensar que Avancemos, lejos de ser un gasto, es una inversión. Es dinero que tarde o temprano dará un rédito a la sociedad y la ciudadanía.
¿Cómo pueden miles de familias hacerle frente a este recorte? ¿Cómo harán para enviar a sus hijos a estudiar? Esas son algunas de las interrogantes que surgen en relación con este tema.
La educación de nuestros niños es sin duda la mejor inversión y mal hacemos como país en dar la espalda a los más necesitados. Más bien deberíamos pensar en cómo fortalecer este tipo de apoyos.
Quien es capaz de recortar este dinero no conoce de la desesperación de estas familias. No todos tienen suficientes ingresos como para hacer frente a lo que supone el ciclo escolar.
Son miles los hogares que deben priorizar entre un gasto y otro, y son justamente ellos, quienes buscan salir de la pobreza, los que se han quedado sin apoyo del Estado.
Bien hacen los diputados en levantar la voz para luchar por la reincorporación de estos fondos. Desde ningún punto de vista debemos quitar la ayuda social.
Un total de 21 legisladores tratan de que el Ejecutivo tome conciencia de esta situación, no obstante, hasta ahora ha hecho oídos sordos, generando todavía una mayor preocupación.
Se estima que hoy un 70% de la población requiere una beca, a la que no puede acceder por la falta de presupuesto, y es de esperar que este dato aumente.
Ciertamente, resulta vergonzoso que tomemos este camino cuando más bien deberíamos fortalecer programas de este tipo. Por eso decimos que así no se puede avanzar.
Lo que hemos visto en los últimos años son recortes al Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) y al Patronato Nacional de la Infancia (PANI). Esto sin contar que el presupuesto del Ministerio de Educación Pública (MEP) es el más bajo en años. ¿Entonces dónde queda la inversión social?
Un país que no vela por los menos favorecidos dista mucho de alcanzar el desarrollo.