En un país donde sobran discursos sobre eficiencia y transparencia, pero escasea la vergüenza, el Consejo de Seguridad Vial (Cosevi) protagoniza una nueva afrenta contra el sentido común y el bolsillo de los costarricenses.
La Auditoría Interna de la propia institución confirmó que ¢34 millones en libros y folletos didácticos terminaron apilados a la intemperie, bajo lluvia, polvo y excremento de animales, durante más de un año. No se trata de una omisión menor. Es un acto de negligencia inadmisible, financiado con los impuestos de la gente.
Mientras el país clama por recursos para mejorar escuelas, reparar carreteras o fortalecer hospitales, en Cosevi dejaron que la papelería educativa se pudriera como si nada. Cajas destruidas, materiales inutilizados y el silencio administrativo que acompaña la desidia institucional. ¿Dónde están los responsables? ¿A quién se le cobra esta pérdida?
“ No se trata de una omisión menor. Es un acto de negligencia inadmisible, financiado con los impuestos de la gente “
La advertencia de la Auditoría se emitió justo cuando la Dirección de Proyectos, departamento responsable del material, planificaba una nueva compra de contenidos actualizados sobre educación vial. Así como se lee: después del desastre, querían volver a comprar. ¿Y la rendición de cuentas?
El origen de esta cadena de errores se remonta al 19 de febrero de 2024, cuando la Unidad de Administración de Materiales solicitó por correo a la Dirección de Proyectos el retiro de las cajas, debido a una fumigación programada para el 23 de febrero por una plaga de pulgas en las instalaciones del Cosevi. Nadie retiró nada. El material fue sacado de la bodega y dejado a la intemperie, donde permaneció más de un año, expuesto al clima, al abandono y a la indolencia.
El documento CSV-AI-R-0015-2025 confirma que esta situación aceleró el deterioro del material y representó incluso un riesgo sanitario para el personal. ¿Así es como esta entidad promueve la seguridad vial?
Aquí no hubo accidente. Hubo descuido, abandono y un desprecio absoluto por el dinero público. La ciudadanía merece respuestas. Y sobre todo, merece respeto.