Limón.- Cuatro jóvenes con edades, cualidades y actitudes similares fueron las víctimas del asesino en serie que tiene a la policía de Limón en vilo, pues ya el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) confirmó que habrían sido sometidos a las mismas torturas.
Tal como lo informó DIARIO EXTRA ayer, los agentes estudiaban la posibilidad de la presencia de un homicida en serie, hipótesis que tomó mucha más fuerza tras revelarse que las cuatro víctimas que investigan pasaron por manos de la misma persona.
Lo que más llama la atención es que en todos los casos la policía recibió llamadas anónimas informando sobre el paradero de los cadáveres, los cuales estaban calcinados y sepultados.
FEBRERO: PRIMER ATAQUE
El primer hecho que sacudió y alarmó a los judiciales se remonta al 3 de febrero y fue publicado por El periódico de más venta en Costa Rica un día después. El macabro hecho se registró en playa Trece Millas de Moín, Limón.
En la escena del crimen la antropóloga logró construir dos esqueletos humanos, estos aparentemente fueron quemados en una fogata hecha con palmas.
A simple vista se notaba un agujero en la sien derecha de los cráneos y dos orificios en la parte posterior, los cuales hacían pensar que se trataba de balazos.
Estos restos óseos sumergieron a los patólogos del Complejo de Ciencias Forenses y judiciales de Limón en cinco meses de exámenes.
Esta semana confirmaron la identidad de las víctimas, se trata de Aarón Josué Retana Retana, de 20 años, y Jeffrey Andrey Gómez Amador, de 18. Ambos eran vecinos de barrio Vista de Mar, en Limón.
JUNIO: ATACAN TERCERA PERSONA
El 12 de junio en Pacuare, Limón, supuestamente atacaron a la tercera víctima. Se trataba de Roberto José Jarquín, de 19 años, fue visto por última vez por su madre.
Aparentemente en esa oportunidad el reloj marcaba las 4:45 p.m., el muchacho le dijo a su progenitora que compraría algo en la pulpería, a partir de ese momento no se le volvió a ver.
Jarquín al parecer tuvo chance de enviar mensajes de texto informando a un amigo que lo habían secuestrado, según consta en la denuncia interpuesta por sus parientes.
Según dijo, un grupo de hombres lo agarró a golpes para luego montarlo a un carro y ahí fue donde dio el nombre de uno de los buscados como responsable de estos viles actos. “Blacky me secuestró”, “Blacky me secuestró”, fue parte de su último mensaje.
ÚLTIMO CASO
Dieciséis días después del ataque de Jarquín el asesino en serie se cobró otra víctima. Se trata de José Luis Avilés Monestel, alias “Zurdo”, quien fue visto por sus parientes el 28 de junio.
En esa ocasión indicó que participaría en una mejenga en la plaza de Moín, Limón, vecinos confirman que lo vieron en el partido, sin embargo nunca retornó a casa.
Las denuncias por loa desaparición de estos dos jóvenes, ambos de 19 años, fueron interpuestas en el OIJ. En cuestión de 22 días se hallaron huesos humanos quemados y enterrados, que se presumen serían de Jarquín y Avilés.
El primer hallazgo fue el 5 de julio en Moín, Limón, donde judiciales encontraron restos óseos quemados frente a la playa. Presumen que pertenecen a Avilés, pues aparecieron a tan solo 1 kilómetro de donde residía con sus abuelos.
El 25 de julio fue encontrado en Veracruz, Limón, un segundo cadáver. No descartan que sea el de Roberto José Jarquín Vigil, quien residía a 2 kilómetros de ese lugar.
LOS FUSILAN POR SER “ROBOTS”
Aunque las causas y la vinculación de los cadáveres hallados continúan bajo indagación, las autoridades presumen que sus crímenes obedecen a que eran “robots”.
Gerardo Castaing, criminólogo y exagente del OIJ, detalló que los “robots” son las personas encargadas de distribuir drogas a pequeños traficantes y la paga se hace con estupefacientes.
El experto dijo que la mayoría tiene entre 17 y 25 años, son oriundos de la zona, proceden de hogares disfuncionales, tienen baja escolaridad, no tienen oficio conocido, son adictos a las drogas y cuentan con acceso a armas de fuego.
MOTIVACIÓN PARA MATARLOS
“La motivación para matarlos es por venganza debido a la lucha de mercados por un ajuste de cuentas, por lo general se trata de que un \’robot\’ no entregó la mercancía a un traficante menor”, acotó Castaing.
Los últimos dos cadáveres hallados en 22 días, que se presume pertenecen a Jarquín y Monestel, deberán ser sometidos tanto a pruebas científicas por medio de huellas dactilares, ADN y odontológicas, con el fin de confirmar que se trata de los dos jóvenes que desaparecieron en junio.