Randall Abarca de 41 años, quien administraba el Bar El Tucán, murió ayer a las 7:30 p.m, luego de protagonizar una mortal balacera, durante una rencilla con un joven de 25 años.
En medio de la lluvia de balas el joven también resultó con un tiro en la cabeza, por lo que se debate entre la vida y la muerte.
Alejandro Siles, subjefe de la delegación policía de Desamparados informó que no hay claridad de cómo se dio el incidente, solo que el fatal resultado fue el administrador del bar, quien a su vez era un taxista muy querido en la zona.
Se desconoce qué pasó en el lugar, ni quién habrá iniciado la balacera, solo que Abarca quedó tendido en el suelo en un charco de sangre con un balazo en la barbilla. “Solo sabemos que fue un intercambio de disparos, no sabemos los motivos”, dijo Siles.
No se descartaba que fuera un intento de asalto, ni una riña por lo que ahora todo quedará en manos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ). Apenas se dio la balacera, quienes estaban en el bar se marcharon para evitar verse involucrados en este crimen.
Los vecinos y familiares de Abarca, corrieron a averiguar de qué se trataba, pero no lo pudieron auxiliar por cuanto el disparo le provocó la muerte en cuestión de segundos. El cuerpo fue levantado y trasladado a la Morgue Judicial en San Joaquín de Flores, Heredia para practicarle la autopsia.
Mientras tanto, el joven que se sospecha fue el agresor, fue trasladado en condición muy delicada al Hospital San Juan de Dios. El paramédico Francisco Flores explicó que el paciente, quien no portaba identificación, recibió un balazo en la parte trasera de la cabeza por lo que su condición era crítica.