Con lágrimas en los ojos y las manos enyesadas, así fue como salió del hospital San Juan de Dios el atleta paralímpico Laurens Molina, tras ser colisionado por un vehículo en La Sabana, San José, mientras entrenaba.
Fracturas en ambas muñecas son las responsables de frustrarle la ilusión de participar en competencias atléticas, entre estas la maratón de Chicago programada para el 13 de octubre.
Molina, tenía dos horas de practicar cuando ocurrió la tragedia. “Sé que fue una imprudencia por parte del caballero, porque él me raya en un semáforo a un costado del estadio, veo que me pasa como cualquier otro vehículo, se mete en una de las islitas a un lado de la vía pero da reversa y yo vengo a 26 kilómetros por hora, quedando debajo del carro”, recordó el deportista.
Omar Molina, padre del atleta, aseguró que ayer mismo lo llevaron a la Clínica Católica para que lo operaran. “Estoy con mucho dolor, pero con ganas de que esto pase rápido, debo enfrentar las metas que uno se propone. Tengo mucho trabajo por delante, estamos haciendo vueltas con la póliza del Instituto para que en la Clínica Católica me puedan operar, ya que si estoy un mes con yeso, voy a perder mucha masa muscular y mucho movimiento, quiero poner todo mi empeño para recuperarme rápido. Espero en Dios recuperarme, que la operación sea un éxito y poder estar para la maratón de Nueva York, la cual se realiza el 3 de noviembre”, concluyó.
Gustavo Molina, médico del comité Olímpico, explicó que de operarse lo antes posible se consolidará rápido la fractura y podrá reiniciar los entrenamientos. De no operarse, necesitaría andar un mes con yeso y luego un lapso para la recuperación.