El presidente de la Asamblea Legislativa, Rodrigo Arias Sánchez, declinó debatir con el mandatario Rodrigo Chaves.
En una de sus últimas conferencias, Chaves invitó a Arias y al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Orlando Aguirre, a debatir sobre su trabajo y los logros de sus respectivas administraciones.
Así, mediante oficio, Arias señaló que el debate planteado “Estado “no deja de ser una ocurrencia que, no tiene antecedentes en Costa Rica ni en democracias maduras.
Además, precisó que el debate planteado por Chaves sería una transgresión evidente a los principios básicos de la democracia como sistema de gobierno y además, está totalmente al margen de la Constitución.
“No puedo aceptar su invitación. Los debates son propios de las campañas políticas y no del ejercicio del gobierno, razón para lo que fuimos elegidos. También me permito recordarle que la interacción normal entre los poderes del Estado se da mediante el diálogo respetuoso de sus funcionarios y, muy especialmente, de sus jerarcas.
Como lo he hecho en reiteradas ocasiones, una vez más le invito a la conversación franca con todas las fuerzas parlamentarias, para lograr la coordinación y los acuerdos necesarios por el bien de Costa Rica. Señor Presidente, el país enfrenta agudos problemas que reclaman su atención completa y urgente. Para contribuir a resolverlos, nuestra Constitución Política le reserva a usted un vasto campo de acción. ¡Aprovéchelo!”, indicó.
El verdiblanco finalmente dijo a Chaves que “es tiempo de trabajo y no de espectáculos”.
“Lo insto, respetuosamente, a no generar distractores que lo alejan de dedicar su mayor empeño a cumplir los deberes y atribuciones que le son propios como Presidente de la República. Como aprendimos sabiamente de nuestros abuelos, le recuerdo el adagio popular que nos dicta: “Cada uno en su casa y Dios en la de todos”, añadió.
Previamente, Aguirre también había rechazado la invitación de Chaves señalando que los procesos judiciales requieren rigurosidad técnica y confidencialidad, por lo cual no podían ser sometidos a la lógica de un debate mediático, donde “la simplificación y el espectáculo predominan sobre el análisis profundo y la legalidad”, aseguró.