En Costa Rica los silbateros continúan muy lejos de alcanzar el profesionalismo.
A pesar de su rol en primera y segunda división, muchos de ellos deben buscar otro empleo porque no forman parte de la planilla de la Fedefútbol, razón por la que no perciben un salario mensual.
Enrique Osses, presidente de la Comisión de Arbitraje, topó con esta realidad, ya que el exárbitro fue el jerarca de dicha comisión de la Federación Mexicana de Fútbol por cuatro años.
El pago que recibían los réferis en la primera división azteca ascendía a $1.900 (más de ¢950.000) por partido, mientras que en la liga nacional los centrales reciben ¢290.000, más los viáticos, para un total equivalente a ¢327.000 por encuentro.
Por su parte, los asistentes y cuarto árbitro mexicanos reciben por compromiso más de $1.200 (¢600.000) y $490 (¢245.000), respectivamente. Por su parte, los nacionales perciben por partido ¢215.000 (incluye viáticos). Desde que el argentino Horacio Elizondo asumió como presidente de la Comisión de Arbitraje de la FCRF, el jerarca del ente federativo, Osael Maroto, explicó que los silbateros nacionales fueran parte de la planilla de la FCRF. Sin embargo, un año después esa aspiración continúa en el aire.
“Ya está el diseño de lo que se quiere hacer, lo que nos hace falta es ver el tema de los recursos para iniciarlo. No es fácil, no sobran recursos, pero tenemos que buscarlos porque es parte de la mejora del arbitraje nacional”, detalló Maroto durante la presentación de Osses.
Los nacionales no son reconocidos económicamente por la FCRF por tener gafete FIFA, en comparación con otras federaciones de fútbol.