Hasta hoy el Cuerpo de Bomberos contabiliza 52 emergencias graves o considerables con fuego en lo que va del año solo en casas de habitación, almacenes o talleres.
Asimismo, se han reportado 134 por concepto de quema de charrales o lotes baldíos, por lo que en total llevan 186 atenciones y se espera que este número aumente, ya que los primeros meses del año son los que más trabajo les dan a los apagafuegos.
El más reciente caso se produjo en una humilde vivienda de 90 metros cuadrados que fue consumida en su totalidad ayer en La Arena de Grecia, Alajuela.
Según el informe preliminar de las autoridades, el fuego se habría ocasionado en un taller de vehículos pesados y se propagó a la casita aledaña. Por suerte para sus ocupantes, lograron salir de inmediato por la parte lateral de la estructura de madera y solo hubo pérdidas materiales.
DIARIO EXTRA estuvo en el lugar y constató la efectuación de las llamas, ya que aparte de la vivienda, se perdieron tres automotores que reparaban en el taller, así como unas herramientas.
Otro caso sonado este año fue el de Tirrases en Curridabat, hace solo unos días, donde una familia conformada por siete integrantes -entre ellos cinco adultos y dos menores de edad- quedó en la calle producto de la pérdida de su casa construida con láminas de zinc y madera.
Muchos de estos incidentes ocurren por el poco o nulo mantenimiento de los sistemas eléctricos de los hogares o grandes estructuras, ya que llevan años sin darle una ojeada o son hechizos.
SISTEMA ELÉCTRICO
EN MAL ESTADO
De acuerdo con las estadísticas del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Costa Rica, algunas de las principales causas de siniestros en el territorio nacional son los artefactos que proveen electricidad a una estructura como cables, tomacorrientes, apagadores, cajas de disyuntores, entre otros.
Sobre este tema, Saúl Cabezas Alvarado, electricista de profesión graduado en el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), explicó a DIARIO EXTRA que la mayoría de emergencias llega porque los propios dueños de casas se dan a la tarea de hacer por su cuenta las grandes instalaciones sin consultar a un experto.
INSTALACIONES EMPÍRICAS
“Ellos inician con instalaciones hechizas, extensiones baratas donde conectan equipos más pesados, como ollas arroceras o freidoras que demandan gran energía eléctrica, recalentando el sistema y generando el incendio”, expresó.
También dice que en sus más de 40 años de oficio se ha topado con casos donde hacen apartamentos atrás de las casitas y, con una sola extensión proveniente del hogar aledaño, pretenden suministrar energía a toda la estructura.
“En Guanacaste principalmente nos hemos topado con edificaciones que no poseen tubería interna para los cables teniéndolos expuestos a la intemperie, lo que provoca que la vida útil del mismo se deteriore rápidamente con el sol y las lluvias”, añadió.
En San Roque de Liberia durante diciembre un incendio dejó a dos personas gravemente heridas tras ser consumido en su totalidad un restaurante de comidas rápidas. A los afectados los trasladaron con quemaduras al Hospital Enrique Baltodano.
Otras de las causas de emergencias son las fugas de gas de cocina, fumadores desprevenidos y candelas encendidas durante la noche.
CHARRALES
La quema de charrales ha representado el 45% de las llamadas a los apagafuegos registrando pérdidas de materiales tanto del afectado como económicas para los bomberos, ya que en promedio son más de 200 mil colones los que se usan para mover una unidad extintora.
El acontecimiento más reciente relacionado a la quema de lotes fue hace 22 días, cuando unas llantas en un charral originaron un incendio en barrio Los Güízaros de Patarrá, Desamparados, y por los vientos cotidianos de diciembre se extendió hasta una vivienda cercana en pocos minutos, acabando totalmente con la estructura.
Por suerte, no hubo heridos que lamentar, solo una casa de 120 metros cuadrados con una afectación en su parte trasera y una segunda de 60 m2 con daños en su totalidad.
GUARDAPARQUES Y
VOLUNTARIOS
El Sistema Nacional de Áreas de Conservación dio a conocer recientemente que 890 personas entre guardaparques y voluntarios van a estar disponibles para evitar o replicar los fuegos en los parques nacionales.
Esta iniciativa llega como parte del programa denominado “Un verano sin incendios forestales”.
El Misterio de Ambiente y Energía (Minae) informó que en el primer trimestre de 2020 se registraron 108 incidentes de esta índole, lo cual marca un récord desde 2007 en ese periodo. Este año los números son más alentadores, pero no hay que bajar la guardia.
En los tres primeros meses de 2020, 41 incendios forestales afectaron 1.505 hectáreas de 16 áreas silvestres protegidas de Costa Rica, según datos del Minae.