Una bala calibre 22 hizo blanco con precisión en el rostro de Érick Humberto Fernández Barquero ocasionándole una muerte lenta. Desdichadamente el proyectil provenía del arma que manipulaba uno de sus amigos y dueño de la licorera Marín en Naranjo, Alajuela.
Autoridades policiales indicaron que una llamada al 9-1-1 fue quien les advirtió sobre la tragedia, por lo que de inmediato desplazaron a los paramédicos. Estos, al ver que el joven de 18 años aún tenía signos vitales, optaron por remitirlo de urgencia al hospital de Grecia, Alajuela. Mientras un grupo de oficiales de la delegación de la Fuerza Pública custodiaban el negocio donde se registró la emergencia.
Fernández recibió toda la atención médica, sin embargo el plomo afectó órganos del sistema nervioso, debido a esto en plena cirugía los doctores lo declararon fallecido.
ARMA EN REGLA
Uniformados detuvieron al dueño del local, de apellido Salazar de 31 años, y lo dejaron a las órdenes del Ministerio Público donde se mantiene a la espera de las medidas cautelares.
De acuerdo con los judiciales, el arma pertenece a Salazar y contaba con los documentos al día. Al sospechoso le colocaron bolsas de papel en las manos para no perder los residuos de pólvora y pasó la madrugada de ayer en las celdas judiciales.
De momento las autoridades manejan este hecho de sangre como homicidio culposo. No obstante, no descartan que conforme avanza la investigación el horizonte de la indagación podría cambiar.
BALACERA EN BAR
Otro hecho similar con balas se registró en San José; judiciales de la Sección de Investigaciones de Turno Extraordinario (SITE) del OIJ indagan las causas que mediaron al resultar herida una mujer nicaragüense de apellido Venegas en un bar ubicado cerca de la iglesia La Dolorosa, San José.
La administradora del local ingresó al Hospital San Juan de Dios, con un impacto de bala en el pecho. Según el informe preliminar, varios sujetos ingresaron al negocio y realizaron varios disparos, con la intención de asaltarlo. Venegas permanece hospitalizada.